- Educación
Mientras el sistema educativo medio superior de Tlaxcala enfrenta múltiples carencias, el director general del Colegio de Bachilleres (COBAT), Alonso Trujillo, se encuentra de vacaciones, ignorando las graves observaciones financieras en su contra por más de medio millón de pesos del erario público, en un claro ejemplo de impunidad, cinismo y corrupción institucionalizada.
De acuerdo al informe del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) revela que, tan solo en el ejercicio fiscal de 2024 (del 1 de enero al 31 de diciembre), Trujillo acumuló irregularidades financieras por 516 mil 793.32 pesos, desglosadas en: 386 mil 845.15 pesos por gastos totalmente improcedentes, 128 mil 909.23 pesos por pagos en exceso y cargos sin justificar clasificados como “deudores diversos”
Estos recursos no solo representan un desfalco, sino una burla directa al personal educativo, al alumnado y a los contribuyentes tlaxcaltecas, que exigen transparencia y rendición de cuentas.
Más allá de los números, dentro del COBAT crece la indignación. Testimonios de trabajadores y docentes acusan a Alonso Trujillo de mantener una estructura interna autoritaria, opaca y plagada de favores personales, donde imperan el influyentismo y el tráfico de influencias.
Asimismo, se le vincula con la asignación de plazas y contratos por "compromisos políticos", simulación de licitaciones, y uso discrecional del presupuesto en eventos, viajes y supuestos “proyectos académicos” sin sustento ni impacto real.
“Mientras faltan sillas, computadoras o materiales en los planteles, él se dedica a pasearse, a acomodar a sus allegados y a gastar el dinero como si fuera suyo”, declaró bajo anonimato una trabajadora administrativa, temerosa de represalias.
Incluso docentes han exigido la destitución inmediata de Trujillo, así como la intervención de la Contraloría del Estado y la Auditoría Superior de la Federación, ante lo que califican como “una red de corrupción” al interior del COBAT.
Pese al escándalo, la Dirección General del COBAT se ha mantenido en silencio, encubriendo a un funcionario cuya gestión ya es vista por muchos como sinónimo de corrupción, saqueo y traición al servicio público.