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  • Adolfo Tenahua Ramos
Aseguran que existen otras prácticas opacas dentro del subsistema, incluyendo sobornos para asignaciones de plazas, nepotismo y presiones al personal docente y administrativo.

 El director general del Colegio de Bachilleres de Tlaxcala (Cobat), Alonso Trujillo, conocido  como “El Chómpiras”, ha sido señalado por presunta complicidad, encubrimiento y omisión frente a actos irregulares que se estarían cometiendo dentro del subsistema educativo que encabeza.

Una de las situaciones más evidentes es la del actual director del plantel Cobat Panotla, José Luis Ángeles Roldán, también conocido como "El Patrón", quien desde 2022 funge como presidente del Consejo Estatal de Morena en Tlaxcala y al mismo tiempo cobra en el comité estatal del partido, a pesar de que dicho cargo es supuestamente honorífico.

Desde hace cinco meses, Ángeles Roldán fue nombrado director del plantel en Panotla, sin dejar su función partidista ni renunciar al cobro dentro del partido. Lejos de marcar distancia entre sus responsabilidades políticas y su encargo público, ha utilizado recursos del erario para actividades político-partidistas, como ocurrió recientemente durante la gira de trabajo de la dirigente nacional de Morena, donde se le vio en el presídium en día y horario laboral.

Lo grave, según docentes y personal del Cobat que han solicitado anonimato por temor a represalias, es que la Dirección General del Cobat, encabezada por Alonso Trujillo, ha hecho caso omiso a estos hechos, permitiendo no solo el uso indebido de recursos, sino también el ejercicio simultáneo de funciones públicas y partidistas con beneficio económico dual.

Además, aseguran que existen otras prácticas opacas dentro del subsistema, incluyendo sobornos para asignaciones de plazas, nepotismo y presiones al personal docente y administrativo, todo ello bajo la mirada complaciente del titular del Cobat, quien hasta ahora no ha dado explicación pública sobre estas denuncias.

Estas acciones, ha generado un clima de descontento entre los trabajadores, quienes ven con preocupación cómo la estructura educativa se usa como plataforma política y no como un espacio para garantizar educación pública de calidad.