- Política
La diputada federal Irma Yordana Garay levantó la mano para no descartarse como aspirante a la gubernatura por el Partido del Trabajo (PT).
Sin embargo, lejos de despertar respaldo, su ambición ha encendido la inconformidad de la militancia que acusa a la familia Garay de ser “vividores del pueblo”.
De acuerdo con petistas inconformes, las reuniones internas para definir el rumbo del partido se han realizado a puerta cerrada, excluyendo a las bases que durante años han sostenido al PT.
Este hermetismo alimenta las sospechas de que lo único que se busca es imponer candidaturas al servicio de un grupo familiar que se ha adueñado del partido.
Las críticas no solo apuntan a Irma Yordana, sino también a su padre, el diputado local Silvano Garay, señalado junto con su hija de haberse enriquecido a costa del erario. Militantes afirman que ambos se han dedicado a pasarse el poder como un botín familiar, dándose la gran vida, rodeados de lujos y privilegios, mientras los verdaderos petistas permanecen marginados.
“El PT nació para representar al pueblo trabajador, no para mantener a políticos millonarios que solo buscan perpetuarse en el poder”, reprocharon militantes que exigen un cambio profundo en la dirigencia estatal.
La creciente inconformidad pone en duda la viabilidad de que Irma Yordana Garay pueda consolidar su proyecto rumbo a la gubernatura, pues en su propio partido se le percibe como parte de una familia que ha vivido del dinero público y traicionado los ideales de lucha social.