- Política
La doble cara de la titular de la Secretaría de la Mujer, Nidya Cano Rodríguez, quedó al descubierto luego de que, en una rueda de prensa realizada asegurara descaradamente que “no ha habido personal despedido por incumplimiento de pagos”.
Sin embargo, la desmintieron de inmediato: decenas de mujeres que han trabajado en los Centros LIBRE denunciaron públicamente que sí fueron despedidas tras reclamar los sueldos que la dependencia les adeudaba desde hace meses.
Las afectadas no solo han enfrentado meses de salarios atorados, sino también intimidación, hostigamiento laboral y abusos de poder por parte de la propia funcionaria, quien en lugar de garantizar derechos, reproduce prácticas de violencia y castigo contra quienes se atreven a alzar la voz.
El intento de Cano Rodríguez por maquillar la crisis de la dependencia se derrumbó con los testimonios que circularon en distintas plataformas digitales, donde quedó en evidencia que la funcionaria miente y revictimiza al personal despedido, mientras presume un discurso vacío de apoyo a las mujeres.
Con esta nueva contradicción, la secretaria de la Mujer enfrenta un creciente descrédito social, pues en lugar de ser un espacio seguro y de respaldo, la institución bajo su mando se ha convertido en un lugar de temor, acoso y abusos sistemáticos para las mujeres, que deberían ser las primeras en que la titular de la mujer debería proteger sus derechos.