- Feria.de.Tlaxcala
Una asistente al palenque durante la presentación de Natalia Jiménez denunció abusos por parte del personal de seguridad, luego de que al ingresar le retiraran su termo con el compromiso de devolverlo al final, situación que no ocurrió. Al intentar recuperarlo al término del evento, fue recibida con burlas, empujones y un trato prepotente por parte de varias guardias, quienes incluso la sujetaron del brazo para impedirle acercarse al área donde se habían colocado cajas con objetos confiscados. La afectada grabó el momento en el que el personal se retiraba apresuradamente mientras cargaban una caja con pertenencias de otras personas, lo que refuerza la sospecha de que no existe control ni registro de los objetos que se retiran al público.
Lo ocurrido no sorprende a quienes han asistido al palenque en años anteriores. La contratación de seguridad privada sin capacitación es una práctica repetida edición tras edición de la Feria de Tlaxcala. Los asistentes denuncian constantemente actos de intimidación, empujones, negación injustificada de servicios como el acceso a baños, trato grosero y pérdida de pertenencias sin que exista un procedimiento claro para su devolución. A pesar de estas quejas públicas que se repiten cada año, el Patronato de Feria continúa contratando a las mismas empresas, sin sanciones, sin supervisión y sin establecer protocolos mínimos para garantizar la seguridad y el respeto a las familias que asisten.
Lejos de mejorar, la situación parece normalizada. La seguridad se limita a la apariencia de control, cuando en realidad actúa de manera arbitraria, sin rendir cuentas y sin responsabilidad. Mientras la feria se promociona como un evento familiar, la experiencia de quienes acuden al palenque demuestra lo contrario: falta de orden, abuso de autoridad y un ambiente donde el público queda indefenso ante personal que debería protegerlo.
La afectada pidió difundir su caso para que otros asistentes estén alertas, porque, como muchos tlaxcaltecas saben, no es la primera vez que pasa, y al ritmo que se mantiene la organización, tampoco será la última.


