- Congreso
La diputada Miriam Martínez Sánchez informó que productores de maíz en el Estado, denunciaron que el gobierno federal los ha dejado en el abandono, mientras los costos de producción suben y el precio de su cosecha se derrumba.
En las últimas semanas, las carreteras del país volvieron a llenarse de campesinos que reclaman un pago justo por su trabajo. En Tlaxcala, integrantes del Movimiento Agrícola Campesino señalaron que el litro de diésel cuesta 26 pesos, los peajes más de 400, y el kilo de maíz apenas se les paga a cinco pesos. “Así no se puede vivir del campo”, expresaron durante los bloqueos.
Datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) confirman la gravedad del problema: en los últimos cinco años los costos de producción agrícola aumentaron más del 46 por ciento, mientras los precios de los granos —como el maíz, el trigo y la soya— cayeron entre 30 y 50 por ciento. En el caso del maíz blanco, el margen de ganancia pasó de más del 50 por ciento en 2022 a solo 12 por ciento en 2025.
Según el Inegi, la actividad económica del sector primario en Tlaxcala cayó 17.3 por ciento anual en el segundo trimestre del año, una de las caídas más fuertes en el país.
Los productores aseguran que los programas federales, como Producción para el Bienestar, no han resuelto nada: los apoyos tardan, no llegan a todos y son insuficientes. “La soberanía alimentaria se ha quedado en discurso; sembramos a pérdida”, lamentan.
Pese a ello, la presidenta Claudia Sheinbaum insiste en que los precios son justos y el apoyo al campo se mantiene. Los campesinos tlaxcaltecas lo desmienten con cifras y con hechos: venden su maíz por debajo de los costos, sin infraestructura ni respaldo.
Los agricultores piden al Gobierno de la República revisar de inmediato la política agropecuaria y aumentar el precio de garantía del maíz. “Sin maíz no hay país, pero sin justicia no hay quien lo siembre”, advirtieron.