• Educación
  • Rosario Techalotzi Ramos
Hace unos días dejaron un corazón de cerdo acompañado de una cartulina para advertir posible venganza.

La reciente aparición de una cartulina con amenazas de muerte dirigida a académicos y alumnos del Plantel 09 del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado (CECyTE), acompañada de un corazón de cerdo, desató indignación entre la comunidad escolar. Sin embargo, las declaraciones del director general del subsistema, Blas Marvin Mora Olvera, han generado molestia por lo que consideran una postura minimizadora ante un hecho grave.

Aunque el mensaje intimidante derivó en la suspensión de clases por dos días y en una denuncia ante el Ministerio Público de San Pablo del Monte, el titular del CECyTE restó importancia al clima de violencia al asegurar que el subsistema “no ha tenido otros incidentes” y que los casos de bullying “no trascienden” porque se atienden internamente.

Estas afirmaciones provocaron críticas entre padres de familia y docentes, quienes consideran que normalizar la violencia escolar o tratar de ocultarla bajo manejo interno solo agrava la problemática. “Decir que no trascienden es precisamente el problema: se esconden, no se previenen y terminan explotando en hechos como este”, reprocharon algunos padres consultados.

Lejos de asumir responsabilidad institucional y anunciar estrategias sólidas de prevención, el director general trasladó parte de la carga a las familias, señalando que los padres deben revisar mochilas y “fomentar la paz”.

Para la comunidad educativa, la respuesta fue tibia y evasiva. Hasta ahora no se han dado a conocer medidas efectivas, diagnósticos, ni un plan integral que atienda la violencia escolar y la prevención de futuras amenazas dentro del subsistema.

Mientras tanto, alumnos, docentes y tutores exigen acciones reales, transparencia y una revisión profunda de los protocolos internos. Cuestionan si la institución está preparada para enfrentar situaciones de riesgo o si el enfoque seguirá siendo minimizar, ocultar y esperar a que los hechos no “trasciendan”.

La comunidad del CECyTE advierte que la seguridad escolar no puede tratarse con indiferencia, discursos superficiales ni deslindes de responsabilidad. “Lo que necesitamos es protección, no declaraciones vacías”, expresaron.

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