- Tlaxcala
La forma en que las figuras públicas se conectan con sus seguidores ya no tiene nada que ver con lo de antes. Donde antes había contratos con televisoras y agencias de representación, ahora hay plataformas digitales que les dan autonomía completa y total control creativo. OnlyFans es la más conocida, pero está lejos de ser la única.En los últimos años, una generación de artistas, influencers y modelos ha descubierto en el contenido exclusivo un espacio para reforzar su identidad y su vínculo con la audiencia.
Del entretenimiento tradicional a la economía de la atención
Yeri Mua, Romina Marcos, Daniela Alexis ("La Bebeshita")... son nombres que ilustran bien este giro. Para ellas, la exposición digital va mucho más allá de Instagram o TikTok. Han encontrado en las plataformas de suscripción un modelo de negocio que funciona: la gente no solo consume contenido, paga por sentirse cerca de sus ídolos. Las suscripciones van desde cinco hasta cuarenta dólares al mes, dependiendo del nivel de fama y el tipo de contenido. Aquí lo que se vende no es solo imagen, es atención. Y quien consigue mantenerla, gana.
Más allá del estigma
Durante años, estas plataformas cargaron con mala fama. Eso ha ido cambiando. Ahora muchas creadoras las usan como escaparates de estilo de vida, mezclando lo aspiracional con lo cotidiano. Controlan qué muestran, cuándo y cómo, sin depender de medios tradicionales. Este movimiento no se limita a las grandes capitales. En distintas ciudades del país también han empezado a surgir casos de jóvenes que aprovechan estas dinámicas para construir marca personal. Algunas que antes trabajaban como escorts de Tlaxcala ahora usan redes y plataformas de suscripción como una forma más segura y visible de presentarse, transformando su imagen y accediendo a nuevas oportunidades en el entretenimiento digital.
El papel de las plataformas emergentes
Esto va más allá de un solo sitio web. Skokka México, entre otros grandes nombres del sector adulto, se ha consolidado como una plataforma de encuentros donde cientos de modelos y acompañantes ofrecen servicios personalizados, usando estrategias de marketing digital para llegar a audiencias específicas. Como pasa con OnlyFans, el atractivo está en la autonomía: cada creadora decide cómo, cuánto y con quién comparte su contenido.
Un nuevo tipo de relación con la fama
La línea entre entretenimiento, autoexpresión e intimidad se ha vuelto borrosa, pero también más accesible. Cualquiera con una propuesta estética o una historia que contar puede abrirse paso. Muchas figuras jóvenes monetizan su presencia online sin intermediarios, estableciendo un vínculo directo con su audiencia. Hay quienes critican que esto reduce la autenticidad a una simple transacción. Pero para muchas creadoras representa independencia. Las plataformas no son un fin en sí mismas, son herramientas para construir su propia narrativa.
De la conexión al control narrativo
El contenido exclusivo se ha convertido en una forma de empoderamiento, especialmente para mujeres jóvenes que gestionan su imagen de forma profesional. Lo que antes se veía como exposición riesgosa ahora se entiende como autogestión: convertir la atención en dinero. La expansión de estas plataformas refleja un cambio cultural importante. Ya no se trata solo de compartir contenido, sino de construir identidad, mantener comunidad y encontrar nuevas formas de conexión. En un entorno digital donde la visibilidad es poder, estas herramientas están redefiniendo las reglas del juego.


