- Apetatitlán
El encendido del árbol navideño en Apetatitlán terminó convirtiéndose en un retrato público del desorden, la improvisación y la falta absoluta de control del alcalde Azain Ávalos Marbán sobre su propio municipio.
El acto, ya de por sí pobremente organizado, se vio empañado por un incidente que dejó en evidencia la crisis de seguridad local: un vehículo fue robado justo en la zona del evento, a metros de los elementos policiacos que deberían resguardar a los asistentes.
El robo de vehículo se ha convertido en una constante en el municipio, de hecho, ha incrementado durante el gobierno del Ávalos Marbán
Y durante el evento navideño, lejos de actuar, los uniformados permanecieron pasivos, observando desde sus asientos mientras la delincuencia hacía lo que quería.
El episodio dejó claro que el Ayuntamiento no solo es incapaz de prevenir delitos, sino que ni siquiera logra garantizar seguridad mínima en un espacio pequeño, controlado y anunciado con anticipación.
El encendido del árbol no mostró espíritu navideño, sino la falta de mando, la desconexión entre la presidencia municipal y su corporación de seguridad, y la evidente incapacidad de Ávalos Marbán para proteger a la ciudadanía.
Mientras otras autoridades aprovechan estas fechas para reforzar seguridad y convivencia, Apetatitlán mostró exactamente lo contrario, un alcalde rebasado, un operativo inútil y un evento que terminó siendo símbolo de su fallido gobierno.


