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  • Adolfo Tenahua Ramos
La conducta del funcionario deja ver lo que muchos ya sospechaban: un diputado desganado, irresponsable, indiferente, con nula seriedad para el cargo y asumiendo que fue al cuarto informe de gobierno por mero compromiso.

El diputado federal de la coalición Morena-PT-PVEM,  Alejandro Aguilar López volvió a hacer de las suyas, y fue captado profundamente dormido —y hasta babeando— en pleno cuarto informe de la gobernadora Lorena Cuéllar. Mientras el resto de asistentes escuchaba, él parecía más preocupado por echarse “una siesta parlamentaria” que por cumplir con su responsabilidad.

Las imágenes que fueron expuestas en redes sociales, mostraron al legislador con la cabeza caída, la boca abierta y completamente desconectado del evento. 

En redes, usuarios lo tundieron sin contemplaciones: que si “el diputado zombie”, que si “representante por sueño mayoritario”, que si “ni aguanta una ceremonia, menos una jornada legislativa”. Y es que la escena cayó como anillo al dedo para quienes llevan tiempo señalando que Aguilar López rinde más sombras que resultados.

Aunque no es raro ver a funcionarios distraídos en actos oficiales, el caso del diputado llamó la atención por el nivel de descuido, desinterés y cero respeto hacia un evento institucional que exige, mínimo, mantenerse despierto.

Mientras la gobernadora hablaba de seguridad, obras y políticas públicas, Aguilar López estaba en su propio mundo, como si su presencia fuera mero trámite.

La conducta del funcionario deja ver lo que muchos ya sospechaban: un diputado desganado, irresponsable, indiferente,  con nula seriedad para el cargo y asumiendo que fue al cuarto informe de gobierno por mero compromiso.

 Y aunque el legislador sigue sin dar explicación, la opinión pública ya lo sentenció: si así trabaja en público, no quieren ni imaginar cómo lo hace a puerta cerrada.

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