Ante estas peticiones, los jóvenes respondieron con agresiones verbales y llegaron a denigrar a un campesino por su vestimenta, lo que encendió el conflicto.
La diputada Miriam Martínez resaltó la necesidad de mantener un balance entre los tres poderes del Estado, argumentando que la vulnerabilidad de cualquiera de ellos pone en riesgo la estabilidad y el estado de derecho en el país.