- Salud
La obesidad es una enfermedad prevenible y tratable, que puede provocar diabetes, hipertensión e hígado graso, señaló la coordinadora de Nutrición, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala, Xóchitl Juárez Guzmán.
La atención de dicha afección comienza con el control del peso; la revisión del estado general de salud de los derechohabientes, en el módulo de PrevenIMSS; la atención en el área de Nutrición y el seguimiento de las recomendaciones sobre alimentación y actividad física.
“La atención debe ser personalizada, ya que intervienen factores genéticos, sociales y ambientales. Es más frecuente encontrarnos con niños menores de 11 años con trastornos ligados a la obesidad o sobrepeso, a pesar de su corta edad, los cuales pueden empezar a padecer hipertensión, colesterol elevado y diabetes, aquí entran en juego dos factores importantes, que son: la alimentación y actividad física”, señaló.
La obesidad es resultado de consumir más calorías de las que se gastan y que se convierten en tejido graso activo que produce toxinas, ocasiona inflamación crónica en distintos órganos y da lugar a alteraciones y trastornos en el funcionamiento del organismo.
La acumulación excesiva de tejido graso, con relación al peso total de una persona, generalmente se sitúa más en el abdomen, caderas, muslos o brazos y no es sólo una condición o característica, es un padecimiento crónico, prevenible y controlable.
“Las personas que sufren sobrepeso u obesidad, ordinariamente, suelen comer lo mismo que las personas delgadas, la diferencia es que las personas con sobrepeso y obesidad, no comen frutas ni verduras, no consumen fibra, no toman agua y no hacen ejercicio”, puntualizó.
Es fundamental no consumir productos procesados, cuidar las condiciones de higiene con los que son preparados los alimentos y las porciones que se van a consumir; realizar 30 minutos de actividad física al día; dormir por lo menos siete horas diarias y acudir a revisiones médicas preventivas para conocer el estado nutricional.
La obesidad genera diferentes complicaciones metabólicas y predispone al desarrollo de diabetes mellitus, hipertensión arterial, infarto cardíaco, infarto o embolia cerebral, diferentes tipos de cáncer (principalmente de mama y colon), hígado graso, ovario poliquístico, problemas articulares y problemas psicosociales (aislamiento, baja autoestima o bullying), entre otros.
“No se trata de estar delgados, o no tener grasa, pues ésta es necesaria para producir hormonas, ya que protegen los órganos internos y nos aíslan del frío; siempre debe haber un equilibrio, ya que la delgadez no es, por sí misma, sinónimo de salud”, señaló, por eso es importante visitar al médico para realizar un chequeo y detectar a tiempo el grado de sobrepeso u obesidad que se tiene, y solicitar una consulta en caso de que ya exista este problema.