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Gustavo Ponce Ramírez es acusado de imponer cuotas a los alumnos para continuar estudiando.

El director del CBTIS 211 de Tezoquipan, Gustavo Ponce Ramírez fue acusado por un grupo de padres de familia de imponer cuotas para que los alumnos de este plantel continúen estudiando, burlándose al grado de dejarlos esperando para que se platicara sobre las cuotas de inscripción mientras que desayunaba con sus allegados, asegurando que gracias a sus influencias “le hacen los mandados”.

De acuerdo con la versión de un madre de familia que dijo Patricia Sánchez Flores, la inconformidad surgió porque desde el semestre pasado el director fijo dos cooperaciones “voluntariamente a la fuerza”, la primera de mil 300 pesos y la segunda de mil 600 pesos, sin que rindiera un informe sobre la manera en la que gastó los recursos que podrían rebasar medio millón de pesos.

Debido a la opacidad que asegura ha mostrado el directivo, los padres de familia exigieron una reunión para que de manera conjunta se fijara la cuota de inscripción, no obstante, Ponce Ramírez los dejó esperando, ya que al llegar a la cita los padres de familia no encontraron al directivo, teniendo como respuesta por parte de uno de sus allegados que se encontraba en reunión con sus jefes, lo cual aseguró resultó ser una falacia puesto que en ese momento fue sorprendido desayunando plácidamente con sus más allegados en una fonda en Santa Justina Ecatepec.

Al respecto, uno de los allegados al directivo que pidió el anonimato dijo que Ponce Ramírez menosprecio a los padres de familia “me vale madre, que se esperen, estoy desayunando además no me pueden hacer nada soy una persona muy influyente”, palabras que habría dicho mientras que tomaba su desayuno y los padres de familia esperaban.

Los paterfamilias además indicaron que en el plantel no hay Internet pero el director cobra una cuota, la seguridad de la escuela está a cargo de su suegro, la cafetería es atendida por su tía, además de que quienes se involucran en el movimiento que le exige cuentas del dinero de los padres de familia, son reprobados.

En pocas palabras consideraron que se vive una total anarquía en esta escuela, producto de la impunidad y opacidad con la que se conduce el director que les ha prometido en diversas ocasiones que se formará una comisión y finalmente se esconde para evitarlo y continuar pidiendo cooperaciones desproporcionadas.

Y es que los padres de familia saben que el directivo tienen muchas influencias y está protegido por sus jefes, a quienes podría estar compartiendo parte de la rapiña que sufren los alumnos por continuar sus estudios en este plantel, además de que mencionaron que incluso los estudiantes tienen que llevar sus propios utensilios para los talleres.

Por si no fuera suficiente, la compra de los uniformes es obligación comprarla con sus allegados, quienes aseveran que entregan ropa de menor calidad y a un costo más elevado, ya que se presume Ponce Ramírez les pide un porcentaje, además de que la vez que pidió cooperación para hacer un antidoping nunca lo llevó a cabo, sin que regresara el recurso otorgado.

 

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