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Alberto Jonguitud dejó esperando a autoridades federales y especialistas en los temas renales en una Mesa de Trabajo realizada en el Senado.

Al titular de la Secretaría de Salud (SESA) de Tlaxcala, Alberto Jonguitud Falcón, no le importó dejar esperando a autoridades federales y especialistas en enfermedades renales de renombre nacional en una mesa de trabajo que se llevó a cabo el jueves pasado en las oficinas del Senado de la República, en donde abordarían estrategias y acciones para atacar este padecimiento en el que Tlaxcala ocupa el tercer lugar en muertes entre las 32 entidades del país.

Tal vez el desprecio por los tlaxcaltecas radica en que ni es originario ni fue vecino del estado hasta que el gobernador Marco Mena Rodríguez lo nombró titular de la SESA, lo que llevó a Jonguitud Falcón a enviar como representante al director de Servicios de Salud, Samuel Orrico, médico jarocho ligado al gobierno de Javier Duarte y a sus prácticas como inyectar agua a los enfermos de cáncer en lugar de medicamentos.

Y es que las mismas autoridades de salud desconocen el grave problema que existe en el estado debido a los padecimientos renales, al no contar con un registro fiable que incluso tiene menos casos que los que se encuentran de menores de edad afiliados al Programa Prospera para recibir tratamiento gratuito.

Además de no tener con un padrón confiable no hay un política encaminada enfrentar este fenómeno pero mucho menos un plan preventivo que detenga que sigan presentándose nuevos casos de esta enfermedad que en Tlaxcala ya ocupa uno de los primeros lugares de muerte.

A pesar de la gravedad de este padecimiento, el hidalguense despreció participar en la mesa de trabajo de un tema que se presume no es importante para él, aun cuando las invitaciones al más alto nivel en el tema de salud y con autoridades federales tenía su hombre como invitado especial por tratarse del caso específicamente de Tlaxcala.

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