• Pedro Morales
Austera celebración en el zócalo capitalino

Tlaxcala, Tlax.- Hay algunas cosas que se extrañan, parece que fue ayer pero ya pasaron tres años de que nuestra gente esperaba ansiosa estas fiestas navideñas, se había logrado una excelente organización para regocijo de las familias.

Se recuerda ese enorme árbol navideño, donde proliferaba el color azul, pero que era admirado por propios y extraños, tal vez fue escondido en alguna bodega y ahí permanece arrumbado.

Mucho se recuerda esa pista de hielo, fue la delicia de muchos niños de los municipios, tal vez nunca más tengan la oportunidad de patinar, de sentir esa emoción que seguramente van a recordar por mucho tiempo.

Héctor Ortiz organizaba una rosca monumental, que alegremente compartía con las familias, recordamos que los muñequitos eran premiados con bicicletas, la rosca de reyes era tan grande como el perímetro del zócalo capitalino.

El ex mandatario obligaba a sus funcionarios de primer nivel a donar juguetes, pero bajo la condición que deberían de salir de sus sueldos, hasta les tomaban la foto y luego el seis de enero era la locura, miles de niños venían por sus juguietes.

Pero todo cambia, llevamos tres años de una administración a la que no parece preocuparle estos pequeños detalles que hacen a las administraciones mas humanas.

Si bien es cierto que llegó el espíritu navideño, lo hizo con austeridad, basta observar el árbol navideño con publicidad de una refresquera, aun así los niños admiran entusiasmados los nacimientos, opero lejos de que sea una fiesta.

La Diócesis de Tlaxcala ha publicado el siguiente material en torno a estas festividades y dice que los cristianos esperamos con ansias la llegada de la Navidad, para desbordar de alegría al recordar el nacimiento de nuestro Salvador.

Sin embargo, para un observador imparcial, la forma en la que se celebra la Navidad podría resultar reprochable, especialmente, donde la gente celebra de manera no cristiana.

La palabra Navidad viene del latín “Nativitas”, la cual significa Nacimiento. La Navidad es una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés.
Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia católica.

¿Hay una fecha exacta?

Los estudiosos bíblicos no tienen idea exacta de cuándo pudo haber ocurrido el nacimiento de Jesús; por más de 300 años los primeros cristianos observaron días diferentes.

En el año 354  el Papa Liberio ordenó a los creyentes celebrar el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre.

El Papa escogió tal día porque muchos en Roma celebraban ese día como festivo y lo dedicaban a Saturno.

Sin embargo, la Navidad no es, como muchos alegan, descendiente de la celebración romana llamada “Saturnalia” (fiesta en honor a Saturno, dios de la agricultura), la cual incluía excesos carnales extravagantes.

El Papa Liberio escogió este día para contrarrestar la celebración pagana ya existente, para comenzar a cambiar la tradición y para cristianizar la fecha.

A partir de ese momento, debido al dominio romano en el mundo, los cristianos fueron poco a poco adoptando tal día, como el escogido para la celebración del nacimiento de Cristo.

Celebrar su nacimiento, aun cuando no sabemos a ciencia cierta cuándo ocurrió en realidad, no es malo en lo absoluto. Ese es el día escogido para recordar su nacimiento, eso es lo importante.

Las tradiciones

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados.

Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior.

Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas mejor.

¿Navidad igual a regalos?

Cuando se acerca la celebración del día de Navidad de acuerdo a nuestras tradiciones, especialmente en los países latinoamericanos, es impresionante como nos invade el consumismo.

Ese afán de comprar cosas, regalos para llevarlos a casa, para compartirlos con la familia o para darlos a los amigos o personas especiales, de acuerdo a nuestros sentimientos e interrelaciones.

Es sorprendente cómo se gasta dinero, somos “presas” del consumismo, se nos vuelve una obsesión el adquirir cosas, gastamos muchas veces más de lo que debiéramos o lo que no tenemos.

Y muchas veces no quedamos conformes en lo que invertimos. No debemos dejarnos llevar por la publicidad y la mercadotecnia que sólo nos lleva al apego de cosas materiales.

¿Cómo festejar?

La Navidad no consiste solamente en regalar cosas materiales, no consiste en ir a grandes almacenes, es mucho más que todo eso; hay que regalar amor y no sólo en estas fechas.

Lo que realmente debe estar en la mente de la gente es el cariño, el pensamiento positivo hacia las personas queridas y que en estas fechas se profundiza mucho más.

Estos sentimientos son la esencia de las fiestas decembrinas.

Una de las cosas que podemos hacer es estar en la mesa con los seres queridos, recordando también a los que ya no están, conversando cariñosamente su memoria, con sensación de que también transmitimos felicidad y alegría.

Todo esto hace de estas fiestas algo realmente único y muy especial.

Para que esta navidad sea verdaderamente cristiana te invito a lo siguiente: Haz un propósito pequeño que te lleve a pensar en los demás; piensa qué persona pobre o necesitada requiere un detalle de cariño tuyo.

 ¿Hay en tu corazón alguna espina contra alguien que no te apreció, te hirió o te ignoró?

Sería maravilloso recomenzar; haz una lista de los defectos de carácter que no quieres que te dominen; tómate un tiempo para apreciar más a tu familia y evoca momentos felices; si alguien de tu familia no vive su fe como debiera, no le obligues ni te enojes.

La mejor forma de hacer apostolado es con tu comportamiento, dando testimonio de vida cristiana.

¡Deja que esta Navidad Jesús nazca en tu corazón!

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