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Presenta empresa denuncia por agresiones y amenazas a su personal; dispuesta a pagar atención médica de vecinos que se digan dañados.

La empresa Clorobencenos instalada en El Carmen Tequexquitla desde hace 29 años, también podría cerrar sus puertas ante los constantes enfrentamientos con un grupo de pobladores que la acusan de contaminar severamente el ambiente y que han propiciado un clima de inseguridad para los 60 trabajadores y directivos que ahí laboran.

Así lo advirtió el gerente de operaciones de la compañía dedicada a la elaboración de desodorantes sanitarios, Tomás Galicia Gutiérrez, quien reveló que desde que volvió a estallar el conflicto social el domingo pasado y por tres días que llevan sin operar, presentan pérdidas por cerca de un millón de pesos, ya que sus pipas no pueden trasladar el producto.

En conferencia de medios, el representante de la factoría acusó a la “Alianza Nacional Campesina Indigenista” que dirige Miguel González Aburto en esa demarcación, así como a un grupo de 40 ciudadanos encabezados por Eusebio Bonilla y Roberto Aguilar, entre otros, de provocar la violencia luego que el domingo pasado se les negaron apoyos económicos y en especie para su organización.

Explicó que Grupo Clorobencenos de México otorga incentivos a la población en general por operar en Tequexquitla; sin embargo, la intención de los dirigentes de la ONG era que se les diera a ellos los recursos para que a su vez lo distriuyeran a sus afiliados, condición que la empresa no aceptó porque podría manejarse a malas interpretaciones, lo que detonó el conflicto.

Eso derivó a su vez en agresiones contra directivos y trabajadores en días pasados cuando los pobladores rascaron zanjas en los accesos de la fábrica para impedir la circulación de camiones, los cuales se encuentran varados. Es así que por daño a las cosas y los que resulten, así como lesiones, injurias y amenazas, la empresa denunció penalmente a quien resulte responsable y la averiguación ante la Procuraduría de Justicia del Estado se encuentra asentada en el expediente 1130 bis 2013/H-2.

Galicia Gutiérrez manifestó que si el Gobierno del Estado no garantiza la seguridad en la zona y para la operación de la planta, ésta podría dejar de trabajar en forma definitiva y buscar un mercado más estable, ya que – aseveró – el sindicato de la CTM con la que tienen firmado el contrato colectivo “está muy molesta”.

No obstante, el directivo también admitió que si en una nueva supervisión por parte de dependencias federales se confirma que Clorobencenos produce una alta contaminación y provoca enfermedades en los pobladores cercanos, “también tendríamos que cerrar, no hay de otra, pero estamos dispuestos a que nos revisen y a pagar la atención médica de las personas que se digan dañadas por nuestras emisiones”.

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