- Municipios
San Pablo del Monte.- En el barrio de San Pedro, de la cabecera del municipio de San Pablo del Monte, se ubican tres de las 120 fundidoras clandestinas donde diariamente se procesas miles de toneladas de chatarra de procedencia incierta.
La fundición ocurre por las noches, el humo y las emisiones a la atmosfera han causado daños en la salud de los habitantes, ya se reportan casos de leucemia y cáncer.
Mientras la Profepa anunció desde junio pasado la clausura de uno de estos establecimientos que se han extendido sin control por el sur del estado, principalmente para la producción de coladeras y artículos de fierro fundido
Una de estas empresas clandestinas es la empresa Gasa, ubicada en la calle 5 de mayo sur número 108, parece que se trata de una casa en construcción, la fachada no hace sospechar nada.
Lo cierto es que es el rostro que oculta una nave de más de cincuenta metros, donde se practica la fundición de cualquier tipo de chatarra, para obtener el fierro fundido para coladeras, parrillas y piezas para bombas de agua.
Los representantes de los afectados Aurelio Calyecac Roque, César Calyecac Sánchez, Nicolás Juan Tela Romero, Tomas Francisco Calyeca Sánchez, Alfredo Tela Romero, Placido Calyecac Roque y Cirilo Zenón Tela Capilla solicitaron la presencia de las autoridades correspondientes, para denunciar lo que pasa y que afecta su integridad física.
Indicaron que la fundidora Gasa, Independencia o como se haga nombrar ubicada en San Pablo del Monte en la calle 5 de mayo sur numero 108, ha colocado a los pobladores vecinos de la misma en alerta frente a las consecuencias que la fundición de metal y acería causaría en la calidad de los mismos y del medio ambiente.
Así como por el comportamiento de sus dueños, que alteran la paz de los vecinos.
De acuerdo a los parámetros técnicos internacionales, se manifiesta que el contenido de los polvos derivados de la fundición de metales y acería, a través de sus emanaciones y escorias de la misma, contienen lo que se denomina metales pesados y elementos químicos.
A este grupo lo nombran como “elementos tóxicos”, los cuales, de acuerdo a la lista de contaminantes prioritarios de la Semarnat, incluyen a los siguientes elementos: arsénico, cromo, cobalto, níquel, cobre, zinc, plata, cadmio, mercurio, titanio, selenio, plomo, entre otros.
La peligrosidad de los metales pesados es mayor al no ser química ni biológicamente degradarles. Una vez emitidos, pueden permanecer en el ambiente durante cientos de años.
Además, su concentración en los seres vivos aumenta a medida que son ingeridos por otros, por lo que la ingesta de plantas o animales contaminados puede provocar síntomas de intoxicación.
La continuidad de operación clandestina de una planta fundidora de metal y acerería, que según el reporte de la misma, sus actividades pueden no tener impactos de manera inmediata, aunque esto no es tan real.
Dado que la simple observación y percepción en la nariz y garganta de los pobladores puede hacerse una idea de los resultados, pero los efectos acumulativos, luego de un periodo largo, pueden ser irreversibles y graves.
Cuando una amenaza está totalmente caracterizada, entonces ya no es necesario aplicar el principio de precaución. En ese caso se debe tomar acciones para evitar o remediar el daño.
Generalmente, las evaluaciones de riesgo que hacen las dependencias como Semarnat y Profepa y el trabajo que hizo el anterior Ayuntamiento de San Pablo del Monte, no toman en cuenta todas las variables, especialmente cuando se trata de problemas complejos.
No toman en cuenta efectos cinegéticos como exposiciones múltiples, sensibilidad de las poblaciones, u otros posibles peligros. Solo se evalúan los beneficios económicos.
En tanto la Profepa ha concentrado su atención en los siguientes contaminantes del aire exterior debido a que la exposición a los mismos representa un riesgo para la salud, monóxido de carbono, óxidos de azufre, ozono, oxido de nitrógeno y materiales particulados.
Otras sustancias químicas que no se enumeran aquí también pueden ser toxicas; no obstante, se destacan las sustancias químicas mencionadas anteriormente porque son producidas en mayores cantidades y tienen mayor probabilidad de causar efectos tóxicos.
Los humos, gases y escorias resultantes del proceso son contaminantes y afectan a la salud y el ambiente, y de manera directa, afecta a poblaciones e individuos y su modo de vida.
Los impactos a la Salud humana y a la ecología o medio ambiente, podrían ser aún mayor en el caso del barrio de san Pedro, de la población de San Pablo del Monte.
Las altas concentraciones de metales pesados, humos y polvos, que según el registro de la Semarnat en Tlaxcala, ya existen en la zona.
Aunado a la falta de una real zona de amortiguamiento, condiciones que no han sido evaluadas por las diferentes dependencias inclusive, no evaluadas por Semarnat y Profepa, una condición mas que no evaluaron es que el viento corre la mayor parte del tiempo en dirección a la zona densamente poblada.
Por otro lado, aunque existen estudios para evaluar los impactos de las plantas fundidoras de metales y acería, la mayoría de ellos no consideran importantes aspectos ecológicos, como son los impactos indirectos, acumulativos, a largo plazo de estos compuestos.
Ni las reacciones sinérgicas que pueden tener en el ecosistema y en las redes tróficas, es decir como estos inciden en el medio ambiente, y a su vez estos cambios afectan al conjunto de comunidades y poblaciones que conforman estos ecosistemas y la interacción entre los ecosistemas terrestres y acuáticos.
Podemos concluir que realmente este tipo de industrias no deben estar dentro de los centros poblados o asentamientos humanos y en sitios de productividad agrícola.
Porque esto atenta contra la soberanía y seguridad alimentaria tanto de su población como de las poblaciones circundantes, pues esto no solo tiene que ver con el simple consumo tiene que ver con la autosuficiencia.
Estas sustancias toxicas se caracterizan por su capacidad de viajar grandes distancias, han sido encontradas a miles de kilómetros de las fuentes que los originan y permanecen inalterables durante mucho tiempo como es el caso del Mirex que persiste durante 600 años en el suelo, el Hexaclorobenceno por más de 100 años en el agua.
Contaminan los alimentos, especialmente la leche y sus derivados, la carne, que al ser ingeridos por el ser humano se concentran en sus tejidos grasos, atraviesan la placenta y se transfiere al feto, son excretados por la leche materna a los lactantes.
Es así como diariamente se funden miles de toneladas de fierro de todas clases, lo que significa una fuerte carga de emisiones de todo tipo a la atmosfera, donde predomina el plomo de pintura.
Por eso y ante la negligencia de las autoridades federales, quienes aparecen permisos de la noche a la mañana, los habitantes del barrio de San Pedro de San Pablo del Monte solicitaron la intervención del gobernador del estado Mariano González Zarur.
Hicieron notar que San Pablo del Monte quiere ser incluido en los planes ambientales del sexenio, para detener la tala de la Malintzi y sobre todo para detener el Ecocidio que ya iniciaron estas 120 fundidoras que día con día atentan contra la salud de la gente de esta demarcación porque dijeron que también son tlaxcaltecas.
Indicaron que solo se han topado con un muro de silencio, por lo que dijeron que van a solicitar el auxilio directo del presidente de la república, Enrique Peña Nieto.
Si tampoco atiende esta situación, “nos vamos a las instancias internaciones como Green Peace, para que de una vez por todas se frene esta contaminación por los efecto devastadores que causan entre los tlaxcaltecas”, advirtieron.