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  • Pedro Morales
La Sinarquista sostiene que no fue a propósito, se le atravesó

Chiautempan, Tlax.- En Tlaxcala, Asunción Alba de Munive ha sido la única mujer que se atrevió a ponerle la mano encima a un gobernador por cuestiones políticas, esto pasó en 1982, en San Francisco Tetlanhocan.

Tuvieron que transcurrir más de tres décadas, para que la también dirigente de la Defensora de Tlaxcala A.C. y declarada sinarquista Asunción Alba viuda de Munive decidiera romper el silencio.

La ex diputada local del PDM, recordó que en aquel entonces se vivían tiempos difíciles para los tlaxcaltecas, porque el PRI gobernaba con imposiciones y arbitrariedades.

En Chiautempan, sus pueblos y comunidades, Asunción Alba es mejor conocida como “Chonita”, quien al amparo del estandarte de su organización recuerda, como si este pasaje hubiera ocurrido ayer, esos momentos aciagos.

Cabe destacar que a la fecha en Tlaxcala, ningún gobernador había sido agredido en público, pero no todo parece ser como se manejó en su momento, ya que todo parece indicar que esas cachetadas fueron parte de un mero accidente.

Recuerda que eso pasó en 1982, porque la gente de Chiautempan ya venía inquieta con Emilio Sánchez Piedras, quien pretendía aumentar excesivamente los impuestos al pretender cobrar por todo.

 Entraban en cuenta pisos, paredes, herrería, pintura, balconería, vidriería y hasta por el techo, por todo eso quería cobrar y como el pueblo se inquietó, dio marcha atrás y no aplicó esa reforma fiscal.

Eso fue antes de Tulio.

Pero luego Tulio Hernández dijo que Sánchez Piedras no pudo con la reforma fiscal, pero que el traía otras medidas, y realmente su actuación fue muy diferente a la del extinto Sánchez Piedras.

Tulio no era sensato, era necio, quería que se pagara a dos pesos el metro cuadrado en predios o propiedades urbanas en barrios y colonias, este pago debería hacerse mensualmente.

 La gente se enojó y entonces solamente “nuestro chicharrón tronaba”, fácilmente le echamos abajo sus pretensiones, porque todo el pueblo estaba con nosotros, además nadie quería a Tulio.

Lo trajo a fuerza el expresidente José López Portillo, porque el candidato del pueblo y de las preferencias de los tlaxcaltecas era Samuel Quirós de la Vega, al final Tulio fue una imposición.

Era el inicio de su gobierno, pero ya había inquietud y malestar, hasta que convocó a una reunión en San Francisco Tetlanhocan, para ese entonces había el rumor de que Tulio iba a regalarle la Malintzi a López Portillo y a sus funcionarios.

Junto con este rumor, se decía que se iba a llevar el agua rodada que bajaba de lo alto de la montaña y que desplazaría a todos los habitantes de Tetlanhocan, para mandar a poner caballerizas para López Portillo.

La gente estaba “como agua para chocolate”, hay que destacar que la gente de Tetlanhocan es aguerrida, son guerreros tlaxcaltecas descendientes de Xicohtencatl Axayacatzi, el joven, nunca se han dejado de nadie.

Tulio fue a San Francisco, a querer convencer  a la gente de que lo que más les convenía era pagar más impuestos, llegó temprano, hasta llevó mariachis, pero nosotros nos adelantamos con una hora.

Estaban en el templete de la agencia municipal, el problema fue con la ex diputada Alma Inés Gracia, me mandaron a traer y se abordó el tema del agua potable y un grupo de estudiantes trataban de intervenir, querían provocar.

Recuerda que le dieron un micrófono, pero al hablar sobre el tema comenzó a decir la verdad, le querían quitar el micrófono, luego vinieron los jaloneos, por el micrófono, nunca hubo golpes, puro jaloneo.

Un grupo de paleros me jalaron mi vestido, pero yo solo me defendía, se acerca Alma Inés y me quiere quitar el micrófono, era más grande, le quería morder su mano, le dio miedo y me suelta el micrófono.

“Yo lo que hacía era defenderme y no soltar el micrófono, en ese jaloneo se acerca Tulio y como todos estaban jaloneando, entonces avente la mano, con el puño cerrado y que le toca en la cara”.

No fue a propósito, no lo había visto, él se metió y el golpe le tocó en la boca, el pueblo se enardeció en un momento, luego me rescataron y Tulio le dijo a la gente que lo respetara.

Luego les dijo que se fueran, entonces ardió Troya, había muchas piedras y una lluvia de piedras cayó sobre el gobernador y sus funcionarios, quienes lo sacaron acostado, todos lo cubrían.

Les tocaron muchas pedradas, todos salieron muy golpeados, la gente estaba muy enojada.

Luego Tulio trajo a Chiautempan camiones con gente de fuera, eran como 80 camiones, traían golpeadores, le pegaron a la gente niños y mujeres les tocó, hasta a un reportero de Televisa, era una venganza, una babosada.

La noticia corrió a nivel nacional, era un escándalo, pero la verdad es que no fue una agresión, fue un mero accidente, que tuvo sus repercusiones, porque lo que pasó fue el 20 de septiembre.

Intervino el gobierno federal y todo se paró, lo del predial, lo del agua quedó en meras intenciones, pero no se quedaron quietos, porque asegura que fue privada de su libertad, la secuestraron.

Esto paso el 16 de octubre, caminaba por la calle Manuel Saldaña, iba con mi secretaria y unos sujetos con fecha de judiciales me subieron por la fuerza a un carro recién pintado de color guinda.

La secretaria fue liberada, ella dio aviso, me vendaron los ojos y ya no supe, pero sospecha que la llevaron cerca de los volcanes, porque escuchaba el canto de diversos pájaros.

Asegura que durante su cautiverio no se cansó de regañar a sus plagiarios, fue tanto lo que les dijo que al final le pidieron disculpas y le dijeron que los habían mandado y que solamente obedecían órdenes superiores.

No me maltrataron, no pidieron nada, solo me querían intimidar, me soltaron a las dos y media de la tarde, era cuestión política, se supone que fue otra barbaridad que por fortuna salió bien.

“Nosotros luchamos por la vida, por la gente, por eso los sinaquistas de Tlaxcala no bajaremos la guardia, seguimos en la lucha para defender a la gente, sus derechos humanos y su dignidad”, aseguró.

“Chonita” sostiene que Tulio se llevó con ella y su organización varios fracasos, lo de Tetlanhocan, lo del secuestro, en Apizaco se ganó otra lucha social, al final se reconoció que el pueblo tenía razón, que se levanta cuando atentan contra sus derechos, concluyó.

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