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  • Gerardo Santillán
“La Sedena no da permisos de construcción, solo es responsable del izaje o arrío”, dice el exalcalde

Debido a que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no es una instancia que otorgue permisos de construcción, el ayuntamiento capitalino que en su momento dirigió Pedro Pérez Lira, hizo caso omiso a su advertencia de que el asta bandera monumental erigida sobre la avenida Independencia representaba un riesgo para la población.

“La Sedena no da permisos para construcción, solo es responsable del izaje o arrío, o hasta cierto momento del cuidado de la bandera, pero no es responsable de la obra pública”.

Con esas palabras, el ex munícipe priista salió este día en defensa de la última obra de su trienio, la cual – aseguró – no solo tuvo el visto bueno de la XXIII Zona Militar, sino que su comandante, Alejandro Pinacho López, hizo un recorrido por la zona donde se instaló.

En rueda de prensa, Pérez Lira se mostró contrariado porque la víspera la bandera monumental haya sido retirada por el Ejército, de ahí que no descartó que se trate de una especie de persecución política en su contra por parte de sus detractores, aunque no precisó de quién o quiénes se trata.

Al reiterar que el tema ha pretendido ser utilizado para desacreditar a su persona, descartó que el asta monumental haya sido un capricho personal, pero que no es el único símbolo de su administración, ya que ahí están otras obras como la fuente de Los Bergantines, la fuente de La Familia, los jardines del bulevar Revolución, entre otras.

Lamentó que existe la posibilidad de que las actuales autoridades remuevan el asta porque finalmente representó un gasto del erario por 3.8 millones de pesos a la empresa Merchant y Asociados Ingeniería y Construcción S.A. de C.V., que fue la encargada y a la que solo se le pagó un millón.

Sin embargo, Pedro Pérez aclaró que su administración heredó nueve millones de pesos al gobierno del panista Adolfo Escobar Jardínez, donde ya se habían etiquetado recursos para el pago a proveedores, prestadores de servicios y contratistas; no obstante, al parecer esas cuentas en el banco Banorte fueron cancelada o “desaparecidas” y cuando los de la iniciativa privada quisieron cobrar, les informaron en ventanilla que no había fondos.

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