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Se destacó que Contla es la cuna de hombres ilustres revolucionarios.

Autoridades de los tres órdenes de Gobierno conmemoraron el CCX Aniversario del Natalicio del Coronel Felipe Santiago Xicohténcatl, ilustre revolucionario del municipio de Contla, en una ceremonia cívica que se llevó a cabo en el Teatro Abierto del Pueblo.

En su mensaje alusivo a esta conmemorativa fecha, José Rodríguez Cuamatzi, Coordinador de Cultura del Municipio, y  representante del presidente filemón Acotzi Nava, destacó que Contla, es la cuna de hombres ilustres revolucionarios que han puesto en alto el nombre del Estado de Tlaxcala.

En este tenor, exhortó  a mujeres y hombres  de Contla a conocer la historia del destacado revolucionario y con orgullo seguir su ejemplo y de esta manera hacer cada quien lo que le corresponda desde la trinchera que le corresponda.

Por su parte, Armando Díaz de la Mora, Presidente de la Sociedad de Geografía e Historia y Estadística del Estado de Tlaxcala, reconoció el compromiso e impulso del alcalde Filemón Acoltzi Nava para promover y difundir este tipo de eventos culturales.

Al hacer una breve reseña histórica del Coronel Felipe Santiago Xicoténcatl, dijo que nació el 1 de mayo de 1804 en el municipio de Contla y fue hijo de José Alejandro  Tetlamatzi y María Pascuala Saldaña.

Al tiempo que refirió que Inició su carrera militar en la Guardia Nacional, en el Batallón de Tlaxcala que tomó parte en la guerra de Independencia. El 9 de octubre de 1829, el entonces presidente Vicente Guerrero, lo nombró teniente de infantería del Ejército. Después ascendió a capitán permanente en 1832 y a teniente coronel en 1833.

Sobre su trayectoria, resaltó que “La carrera militar de Xicohténcatl siempre se desarrolló con un mando de tropas, y se manifestó esplendente por un completo apego al deber y por la continuación de acciones distinguidas que le valieron prestigio y el honor de que frecuentemente fuera citado como ejemplo por sus superiores”.

Ante integrantes del Cabildo Municipal y autoridades del sector educativo, recordó que  desde 1832 peleó en el ejército bajo las órdenes de Santa Anna. Se mantuvo fiel al gobierno. Tomó parte importante en la pacificación de los Departamentos de Yucatán y Tabasco durante sus guerras intestinas.

Además fue el primer ayudante del Batallón Activo de Oaxaca y del Batallón Activo de Lagos, para finalmente ser nombrado en 1847 jefe del Batallón Activo de San Blas, puesto que ocupó hasta su muerte.

Refirió que el 12 de septiembre de 1847, en Chapultepec, los cuerpos de defensa recibieron al atardecer una orden de retirada. Al respecto, el general Santa Anna cometió un error de táctica, pues giró la orden sin dar aviso al Comandante en Jefe de Chapultepec y al Jefe del punto a cuyas órdenes habían sido puestos.

El día 13 se reanudó el ataque a las 8 de la mañana. El ejército estadunidense formado en tres columnas, no tardó en ocupar el bosque y en trepar las laderas del cerro.

Frente a estas columnas que avanzaban sobre Chapultepec, el general Bravo pidió refuerzos al Ministerio de Guerra, al general Santa Anna y a los generales Rangel, Peña y Barragán, permaneciendo éstos inactivos en las calzadas inmediatas. La falta de órdenes del presidente hizo que aquellos generales no se atrevieran a obrar por iniciativa propia.

Vista la desorganización durante los primeros momentos de lucha, Santa Anna le ordenó a Xicohténcatl, junto con el Batallón de San Blas, menos una compañía, que acudiera al castillo para ayudar al general Bravo. Sin embargo, no pudieron llegar a la cima y el batallón se batió con el enemigo en la falda y en la pendiente del cerro; eran 400 mexicanos contra 1000 estadunidenses al mando de Pillow; no obstante, por momentos colocaron en aprietos a Pillow, quien tuvo que solicitar refuerzos a Worth.

El Batallón de San Blas luchó hasta desaparecer casi por completo. Sólo 20 soldados sobrevivieron, sin jefe, sin oficiales y sin municiones. El coronel Xicoténcatl fue herido por 14 balas cuando se dirigía a salvar la bandera de su batallón; después, fue recogido por algunos soldados. Hasta hoy se conserva el lábaro impregnado con su sangre.

De esta manera, el presidente de la Sociedad de Historia y Estadística del Estado de Tlaxcala, sostuvo que Chapultepec se perdió y la Ciudad de México cayó en manos extranjeras. Sólo el recuerdo de los héroes batidos en combate quedó en la memoria de los sobrevivientes.

 

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