• Pedro Morales /385grados.com
Trabajaba en el hospital Regional de Tzompantepec y la administradora lo separa de su trabajo sin ninguna explicación.

Un padre de familia y su esposa lanzan un angustioso llamado al presidente Enrique Peña Nieto y al gobernador Mariano González Zarur, por haber sido despedido injustificadamente del Hospital Regional “Emilio Sánchez Piedras” de Tzompantepec, sólo por padecer cáncer en el estómago y lo dejaron sin posibilidades económicas para su tratamiento.

El despido fue realizado por la directora administrativa,  Columba Carrillo Sánchez, quien con palabras crueles, le dijo que ya no servía para el trabajo y por eso lo relevó de su fuente laboral.

La medida de la funcionaria ha causado la irritación de trabajadores del citado hospital, quienes no descartan movilizaciones en  las próximas horas para denunciar las actitudes prepotentes y de hostigamiento de la citada funcionaria.

Entrevistado por la directora de 385 Grados, Constanza Guarneros Flores, el ex trabajador de SESA, José de Jesús Sandoval, narra que  es padre de familia de cuatro hijos, todos estudian y ahora sin trabajo carece de lo elemental para el sostenimiento de su familia y mucho menos cuenta con recursos para sus estudios y medicamentos.

Se desempeñaba como intendente, cubría incidencias de otros trabajadores y padece su enfermedad desde el 2011, acompañado de su esposa cuenta con lágrimas que se ha quedado sin trabajo por la falta de sensibilidad de los directivos del nosocomio.

¿Cómo inicia su padecimiento?

JJS.- En octubre del 2011, me diagnosticaron un cáncer colón rectal, de ahí comenzó el sufrimiento ya que pedí permiso a mi jefe inmediato para atenderme porque me sentía muy mal y eso causó que me castigaran un mes.

Narra que durante ese mes ya no se presentó, porque el 7 de noviembre ingresó a una cirugía y le quitaron una parte del intestino, incluso le extirparon parte del recto y de la vejiga y tiene que recibir quimioterapias y radioterapias.

“La operación fue de urgencia, porque el cáncer ya estaba muy desarrollado, los estudios no me los terminaron de hacer, porque con la colposcopía se detectó un tumor a punto de reventar, al grado de que no dejaba pasar la cámara para la exploración. Entonces me dijeron que tenía que operarme a la de ya, porque ese tumor se me iba a reventar”.

¿En ese peregrinar se fue el mes?

JJS.- Sí, incluso en la cirugía me encontraron otros tres tumores, entonces ya tenía cuatro tumores dentro del intestino, por eso me quitaron la mitad de intestino, pero al mismo tiempo me quitaron el apoyo de transporte, en plenas quimioterapias.

¿Cuándo ingreso a trabajar al Hospital Regional?

JJS.- Yo entré a laborar el 21 de marzo del 2008, trabajando consecutivamente hasta octubre del 2011, que fue cuando me detectaron el cáncer.

¿Qué función desempeñaba?

JJS.- Desde que entré fui afanador, entraba yo en las noches, en el turno “A” que abarca los lunes, miércoles y viernes, en el área de urgencias, nunca tuvo una queja de mi trabajo, siempre respondí con diligencia. Como debía de ser.

¿Entonces qué pasa cuando regresa a laborar?

JJS.- Yo cuando me ausenté en la primera cirugía, hablé con el doctor Vega Cubillas y él me dijo que no había problema, que no me preocupara que entendía mi situación, El ya no está, se retiró y no recuerdo bien el cargo que tiene.

Pero él me dijo que no me preocupara, que arreglara yo mi situación y que hiciera lo necesario.

¿Dónde le realizaron el tratamiento médico?

JJS.- En la ciudad de México, en cancerología, en el hospital especializado y después ya regresé, le pedimos apoyo a la Secretaría de Salud, pero nunca me aportó ni un peso.

Su esposa interviene para decir que elaboró un oficio y lo mandó a oficinas centrales, pero nunca le dieron respuesta, nunca respondieron, ni por humanidad o lástima. “Nada, puras vueltas, ahí le mandamos a avisar, pero en concreto nunca han respondido”.

José de Jesús recuerda que el apoyo del transporte se lo dieron, “y de pronto el chofer me dijo que dice la doctora “Mica” que su caso no lo amerita y es la última vez que lo vengo a traer.  Yo fui a ver a la doctora y me confirmó que se me retiraba el apoyo, por lo que me vi obligado a buscar el modo de asistir a las quimioterapias, porque el pasaje cuesta muy caro”.

Tras decir que el tratamiento lo debilita a uno muy rápido, dice que se quedaban en un albergue que está cerca del hospital, y ya de ahí al terminar todo el ciclo, de las quimioterapias y radioterapias que comenzaron en enero y las terminó en abril.

“En ese lapso, me dieron la noticia de que mi padre muere, se me juntó todo, quería ir a México, ver a mi padre que estaba tendido, todo se me juntó, no hubo otra opción más que partir a México, porque ese día comenzaba el tratamiento”

Rememora que en abril cuando terminó todos los ciclos, se presentó a la siguiente cita y le preguntó al doctor que si ya se podía presentar a laborar, en mayo, y que ya no había ningún problema. “Yo me regrese al otro día y ahí comenzó el peregrinar, ve con fulano, ve con sultano y entre las amistades que tenía en el hospital, una amiga enfermera me sacó una cita con el ex secretario Jesús Fragoso Bernal.

Prosigue, “Pero me hicieron ir y venir y nuca me recibió, él me mandó con su secretario Hugo Montiel, y él me dijo “por qué viene a pedir el trabajo nuevamente, si a una persona normal no le damos trabajo, imagínese usted cómo le vamos a dar trabajo”.

“Yo le pregunté que en dónde me veía la anormalidad, luego me mandaron a recursos humanos, ahí prácticamente me dijeron lo mismo, era un ir y venir que con la doctora Mica, que con el doctor Vega, así estuve desde mayo hasta el 16 de agosto”

¿Antes de octubre le pagaron?

JJS.- No recibí ni un peso, desde que me castigaron, cuando yo avisé de mi enfermedad, todo ese mes que me castigaron de ahí ya no me pagaron nada, hasta agosto que volví a entrar.

Me quitaron el apoyo de la ambulancia y cuando estaba al frente la doctora Blanco, acudí al hospital para que me apoyaran y solo me dijeron que tenía que ser paciente del hospital.

Aparte la trabajadora social es quien debería decidir que me llevara la ambulancia, entonces ya para no andar pidiendo, afortunadamente aquí en el municipio mucha gente me conoce y me ayudaron.  Había gente que me pagaba el traslado de la ambulancia, me daban lo de la gasolina y si no, me tenía que quedar allá en México, no había de otra, ni la solvencia económica para ir y venir.

¿Usted lucha y logra reingresar a su empleo?

JJS.- El 16 de agosto fue nuevamente mi primer día, pero la doctora “Mica”, me dijo que me iba a regresar, pero no en donde estaba, pero no hubo donde me acomodaran y me volvieron a regresar a urgencias por la noche.

¿Y la recomendación del especialista?

JJS.- El cirujano me dijo que no podía ya hacer esfuerzos, que era yo una persona normal, pero obviamente con el cáncer tenía yo mis limitantes, incluso cuando regresé a trabajar hablé con la encargada de recursos humanos, y me dio que me iba a buscar un lugar, que mi lugar no era mío.

O en otro hospital, donde pudieran hacer mi cambio de actividad, pero eso no ha ocurrido a la fecha.

El clamor de su compañera de mil batallas y en la lucha contra el cáncer

De nueva cuenta interviene su esposa y con lágrimas de impotencia reprocha la falta de apoyo, que se trabaja por necesidad, porque tienen una familia que tienen que sacar adelante.

 

“Yo le pido al secretario de salud, que vea qué tipo de gente tiene, prepotente, déspota y que por lo menos sean un poco más humanos porque de humanidad y de sensibilidad no tienen nada”.

¿Qué pasó?

Se quieren agarrar del más débil, para sacar sus ambiciones, yo he investigado y me han dicho que ya vienen las homologaciones, y hay mucho favoritismo quitan gente para meter a sus incondicionales.

Poco a poco  a mi esposo lo han hecho a un lado, para meter a sus amistades, si nosotros tuviéramos a una persona que nos echara la mano, que nos conociera, más arriba de esa persona que es la administradora, el caso es que a mi esposo no lo hubieran quitado y ahí permanecería”.

¿Tienen la esperanza aun?

Sabemos de muchas personas que se valen de muchas mañas, “yo le dije a mi esposo, no nos vamos a dejar, porque no es por flojera, es por enfermedad, no estamos cometiendo ninguna falta, estamos peleando un derecho”.

Somos personas honestas, queremos trabajar, “no estamos pidiendo las cosas regaladas, pedimos que lo apoyen porque como sociedad debemos respetar su derecho como trabajador que él tiene”.

¿No se doblarán con eso?

Yo lo apoyo, y sí da mucho coraje, porque yo le decía a mi esposo que ojalá tuviéramos a la administradora enfrente para hacerle ver nuestra angustia, dolor y sufrimiento que causa la insensibilidad, la falta de apoyo.

El tratamiento es muy caro, todo es pagado, si no se paga no hay nada, los estudios, todo es dinero, para dar cita, para todo, todo es dinero, por eso pedimos que el presidente de la república que estuvo hoy en Calpulalpan ojalá y le llegue este mensaje de auxilio.

Lo mismo le decimos al gobernador Mariano González Zarur o a su hija Mariana González Foullón, para que a esta familia tlaxcalteca le tiendan la mano, para sacar adelante, para dejar de sufrir… todo lo que pedimos es una oportunidad de trabajo, nada más.

Gobernador solo le pedimos que se ablande su corazón, sabemos que nos puede ayudar, solo es cuestión de que quiera.

Así termina la entrevista.

En el ambiente de esa casa queda flotando la esperanza de ser apoyados por su gobernador, el que predica un gobierno cercano a la gente como slogan.