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El cráneo y las defensas miden alrededor de 2 metros de largo. Foto: Aurelio López / INAH.

Especialistas del INAH rescataron un cráneo y dos defensas de un gonfoterio, de cuando menos 10 mil años de antigüedad, en Tepeticpac

Las piezas se encuentran encapsuladas y su estudio permitirá profundizar en la presencia de la megafauna en esa entidad durante el Pleistoceno

 
Luego del reciente hallazgo de un cráneo y dos defensas de un gonfoterio, de cuando menos 10 mil años de antigüedad, en la comunidad de Santiago Tepeticpac, en el estado de Tlaxcala, las piezas se encuentran encapsuladas y resguardadas para su limpieza y la aplicación de un tratamiento de conservación, a fin de que queden disponibles para su estudio por especialistas en megafauna.

El doctor Aurelio López Corral, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que los restos de este ejemplar se encontraron a finales de mayo pasado entre unos depósitos de arenas volcánicas sellados por gruesos estratos de tepetate, en el municipio de San Juan Totolac.

El especialista, adscrito al Centro INAH Tlaxcala, comentó que no se sabe exactamente la antigüedad del espécimen, pero mínimo data de hace 10 mil años, aunque tal especie tuvo un rango de vida muy amplio.

El cráneo y las defensas (dientes incisivos) miden alrededor de 2 metros de largo, cuya extensión —relativamente corta para ejemplares de esta especie— indica que pudo tratarse de un individuo joven. Sin embargo, los expertos podrán confirmar esta hipótesis una vez realizados los estudios correspondientes.

El hallazgo se produjo cuando un grupo de trabajadores, al extraer material de un banco de arena para las obras de restauración en el sitio arqueológico de Tepeticpac, que se encuentra en proceso de exploración y rehabilitación, advirtió que asomaba la punta de una de las defensas.

Una vez que se obtuvo la autorización del Consejo de Arqueología del INAH, se procedió al rescate y fue entonces cuando se encontraron el cráneo y las dos defensas completas del gonfoterio, actualmente resguardadas en las instalaciones del Centro INAH Tlaxcala.

El investigador Aurelio López detalló que las obras se hicieron en un lapso de seis semanas. “Lo sacamos en bloque para no alterar nada, fue una odisea porque pesaba cerca de una tonelada con todo y el bloque de arena”.

Estos depósitos aluviales probablemente conforman un antiguo manto acuífero y presentan muchas capas de arenas finas y gruesas, producto de la sedimentación durante miles de años. Este tipo de ambientes permite la fosilización de los especímenes. “Esto es lo que probablemente funcionó para que el gonfoterio se fosilizara y se preservara”.

Las capas de tepetate que sellaron los depósitos aluviales tienen en algunas zonas alrededor de 50 o 60 metros de espesor, pero la ladera donde se encontró la especie de proboscídeo solamente mide entre dos o tres metros de grosor debido a la erosión.

El especialista indicó que estos tepetates también suelen contener vestigios de megafauna, pues se encontraron fragmentos de maxilares de algún camélido o caballo de al menos 10 o 12 mil años de antigüedad. “Son restos de mandíbula aislados, que seguramente corresponden a otro momento histórico, diferente al del gonfoterio”.

Aurelio López Corral manifestó que el descubrimiento es inédito en Tlaxcala, porque hasta donde se sabe es el único ejemplar de gonfoterio excavado en esta región, algo similar no se había encontrado, y menos un cráneo completo con las defensas. “Se han hallado restos fósiles en otros lados del estado, pero nada como esto, lo que nos permitirá hacer más estudios sobre la presencia de megafauna en la entidad durante el periodo del Pleistoceno”, concluyó.
 

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