• Seguridad
  • Luis Castillo
La falta de remuneraciones que les permita un adecuado modo de vida es factor de la corrupción.

Después de la represión en contra de los policías estatales a inicio del gobierno de Mariano, un estudio que realizó la organización Causa Común -que mide el desempeño de las policías en los estados-, determinó que las condiciones de vida para los policías estatales continúan en decadencia ante la indiferencia de Manchis.

Los policías estatales que fueron encuestados arremetieron en contra del actual gobierno al que habrían calificado de tirano, represor y de no otorgar las condiciones laborales indispensables para el desempeño de sus labores de seguridad, en el que persisten los bajos salarios, horarios excesivos, equipamiento deteriorado y la inexistencia de mecanismo claros de promoción y reconocimiento.

La nómina estatal publicada por la Oficialía Mayor dice que un policía preventivo gana 3,659.82 pesos por mes y 1,879.50 por despensa mensual, lo que resulta en 5,539.32 pesos menos las aportaciones a Pensiones Civiles de Tlaxcala, ofrece un sueldo neto de 5,100.14 pesos mensuales sin contar con Fomento al Ahorro o Percepción Complementaria.

Pero no sólo es el bajo salario por el que los policías se quejan del gobierno de Mariano, ya que acusaron que existe capacitación insuficiente en materia del Nuevo Sistema de Justicia Penal, además de la carencia de protocolos de actuación especializada de la policía y la insuficiencia en el número de capacitadores en el sistema de Justicia Penal Acusatorio, aunado a la infraestructura adecuada para las necesidades de la Secretaría de Seguridad Pública.

Algo preocupante es que desde que los aspirantes a policías ingresan como cadetes reciben el nombramiento como oficiales, asignándolos a tareas sin concluir su formación, lo que podría poner en riesgo la seguridad de las personas ante la falta de razonamiento de las autoridades encargadas de la prevención de los delitos.

Por si no fuera suficiente, hasta hace cuatro meses no habían dado de baja en su totalidad al personal que no paso las pruebas de control de confianza, lo que nuevamente pone en vulnerabilidad la seguridad pública en Tlaxcala.

Este es un caldo de cultivo para que Tlaxcala se convierta en un estado con mayor índice delictivo, el cual no se presenta no por las oportunas acciones de gobierno, sino por sus condiciones que sólo son de paso para los grupos del crimen organizado.

Tags: