- Tlaxcala
Entrevistado por el reciente descubrimiento de medicamentos que caducaron y que habrían sido desaparecidos por parte de la Secretaría de Salud, el diputado local con licencia, Refugio Rivas Corona arremetió en contra de las autoridades estatales por la corrupción que evidentemente se ha mostrado por este tipo de acciones y algunas más como “el pachangón” que se realizó en el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC) en favor de un particular allegado al partido en el poder.
El también dirigente del Movimiento Ciudadano (MC) lamentó que mientras que hay personas en el estado que mueren por la falta de medicamentos debido a que no tienen los recursos necesarios para la adquisición de éstos, en el estado se presenten este tipo de situaciones que denotan la falta de sensibilidad y compromiso hacía los tlaxcaltecas, por lo que calificó al gobierno estatal de incongruente e hizo un llamado a las autoridades correspondientes a no permitir que continúe esto.
En relación a la ilegalidad mediante la cual habría sido impuesto el titular de la Secretaría de Salud (SESA), Alejandro Guarneros Chumacero, Rivas Corona comentó que no todos votaron por la derogación del artículo 15 de la Ley de Salud de Tlaxcala, lo que le abriría las puertas a la legalidad en el cargo y que fueron principalmente los legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) quienes llevaron a cabo esa acción para legalizar a un secretario “patito”.
Incluso el diputado con licencia manifestó que diversas propuestas no las ha votado por no ser en favor de los tlaxcaltecas, por lo que en el caso de quienes votaron a favor de derogar el artículo 15 para favorecer a Guarneros Chumacero deberían ser quienes respondan el por qué lo hicieron, asentó Rivas Corona.
Con respecto al “bodorrio” de un funcionario federal en el ITC, el izquierdista dijo “lo del inmueble no creo que haya algún documento que exista con las líneas correspondientes, es un espacio cultural para los tlaxcaltecas y no para el disfrute de un particular”, esto ante la poca claridad de las condiciones en las que el gobierno prestó el edificio para un evento exclusivo de quienes son descritos como los “Mireyes”.