- Política
Fue el pasado domingo cuando la mayoría de las corrientes que convergen al interior del Partido de la Revolución Democrática (PRD) destaparon a la senadora Lorena Cuéllar Cisneros como su abanderada para competir a la gubernatura en las elecciones locales de 2016, acción que tres días después ha levantado ámpulas en diferentes personajes de la vida política empezando con el gobernador Mariano González Zarur, su homóloga Adriana Dávila Fernández, incluso algunos perredistas que se han visto muy por debajo en las simpatías de la gente.
El día de ayer en un discurso en el que no pronunció su nombre pero el mensaje era claro para la senadora, Mariano dijo que “no por mucho madrugar amanece más temprano” en relación al destape de Lorena, asimismo, Adriana Dávila Fernández otrora férrea opositora al gobernador y hoy se presume que una de sus aliadas, igualmente arremetió en contra de su homóloga al decir “a veces es precipitado que uno salga diciendo voy a ser la candidata única cuando todos tenemos problemas”.
Y es que los representantes de ocho expresiones políticas, además de la fracción parlamentaria en el Congreso destaparon a Lorena Cuéllar, acción que comenzó a ser descalificada por perredistas vinculados con el marianismo y con el panismo, unión que difícilmente se puede dar en un instituto político tan complejo como el PRD en donde todos saben que el “peor enemigo de un perredista es otro perredista”, no obstante, la senadora logró conjuntar a la mayoría, a diferencia de lo que sucede en otros partidos como Acción Nacional que sufrió una división desde la elección de su dirigencia estatal.
Pero no sólo fue Mariano y Adriana, el dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Joel Flores Bonilla y la diputada del Partido Socialista (PS), Patricia Zenteno fueron enganchados en el juego para hacerles creer que la perredista se presentó como candidata de las izquierdas, por lo que desecharon que sea la abanderada de sus respectivos partidos, llamando al PRD partido de derecha.
Queriendo minimizar a la perredista, sus detractores han demostrado el peso de su destape, que ha levantado ámpulas incluso entre partidos que no fueron aludidos, otros por evidente competencia política, unos más por verse lejanos en las encuestas internas y algunos tal vez por misoginia.