- Elecciones
El discurso de Marco Antonio Mena Rodríguez, duró poco más de ocho minutos, la mayor parte de ellos dedicados a elogiar al gobierno de Mariano González Zarur. Durante su lectura no se registró una sola ovación de carácter extraordinario y los remates que, aguardaban alguna reacción nunca la alcanzaron.
Mena Rodríguez se concentró en hablar de la etapa de progreso que está iniciando, gracias a la plataforma conseguida por el actual mandatario, se esperaba en el mediano plazo, sugirió, pero ese momento ya llegó.
En su discurso, el candidato del PRI al gobierno de Tlaxcala, habla de un proyecto propio y mucho menos demanda amplitud de espacio para poder maniobrar creciendo su propia imagen.
Continuidad fue el concepto que dominó el mensaje.
Y siempre se refirió a González Zarur, en primer término, dejando como tema complementario al presidente Peña Nieto y a su partido.
Temas como el apoyo a campesinos, como la hegemonía electoral sobre una decadente oposición, o el acotamiento a la pobreza, fueron verdades a medias o mentiras completas, que durante la lectura del documento dibujaron a un candidato con evidente debilidad.