- Salud
En diferentes circunstancias pero con el común denominador de contar con autoridades alejadas de la población y con la intención de no gastar en insumos para pacientes con enfermedades que son casi sinónimo de muerte como el cáncer y la insuficiencia renal, en Tlaxcala tal y como sucedió en Veracruz, no hubo presupuesto para el área renal, lo que llevó a que más de 50 personas adquirieran una infección.
En el gobierno priísta, la red de complicidades inició en el Hospital General de Tlaxcala, específicamente en el área de hemodiálisis, en donde empleados de limpieza notificaron a su superior que los líquidos para llevar a cabo la desinfección de la sala ya estaban caducos, sin embargo, encontraron como respuesta que se utilizara lo que había en existencia.
La orden fue dada debido a que el encargado a su vez hizo lo mismo con su superior y este con el que corresponde hasta llegar hasta el director Administrativo de la Secretaría de Salud (SESA), Mario Hernández Ramírez, quien sería el que dio la orden de que se agotara todo sin importar la salud de los enfermos renales.
Los pacientes siguieron siendo tratados y no tardo una semana que empezaron a mostrarse los signos de infecciones, alcanzado alrededor de 50 enfermos, tras haberse confirmado los resultados, avisaron al titular de la SESA, Alberto Jonguitud Falcón, quien gozaba de su estancia en el Hotel Posada San Francisco a cargo del erario público.
Una vez que el hidalguense se enteró, trataron de encubrir lo sucedido para que no hubiera otro tipo de responsabilidades que los arrastraran incluso a sanciones de tipo penal por su negligencia, mientras tantos más de 50 pacientes ya tienen serias afectaciones que los podría llevar a perder la vida.
Hasta el momento han tratado de tapar lo sucedido, no obstante, al interior del nosocomio se sabe lo que sucedió y sería hasta pasar las elecciones que podrían dar respuesta a los hechos y darlo a conocer, lo que podría llevar a la renuncia del secretario de salud.
Personal del nosocomio lamentó que este tipo de hechos sucedan por la negligencia de las autoridades, ya que sabían las consecuencias pero al igual que sucedió en Veracruz con el caso de los niños con cáncer inyectados con agua en Tlaxcala la burla no es menos.