- Política
CIUDAD DE MÉXICO.-Hace mucho que no se veía a un Secretario de Gobernación irrumpir entre sus correligionarios para poner orden.
Protegido con un abrigo y una bufanda, Adán Augusto López caminó frente al Palacio de Minería como cualquier parroquiano para encaminarse a la vieja sede del Senado.
El tabasqueño llegó a la casona de Xicoténcatl 9 para aplacar a la bancada de Morena, sin estridencia alguna, pero con firmeza.
La asonada que una treintena de senadores protagonizó contra el jefe del grupo, Ricardo Monreal, había dejado maltrecha a la bancada y al propio coordinador. El trasfondo del pleito, la comisión legislativa que se formó para seguirle los pasos a un Gobernador seriamente cuestionado, Cuitláhuac García, de Veracruz.
En un santiamén, con voz pausada, el paisano del Presidente Andrés Manuel López Obrador regañó a Monreal, apaciguó los ánimos, reclamó unidad y echó en cara a la Oposición no cumplir con su palabra.
«¿Cómo es posible que demos armas a la Oposición para que se hable de desaparición de Poderes?», reprochó.
Bastó que el Secretario trajera a colación la figura del Presidente, para que todos en la bancada se cuadraran.
«Me dijo (AMLO) que va a comenzar una nueva etapa en el Senado de la República y que tiene que ser una etapa de la unidad; que tiene que ser la etapa en la que privilegiemos el diálogo, la tolerancia, el respeto, el acuerdo, pero lo primordial es que, entre quienes pertenecemos a un movimiento de transformación nacional, estos son tiempos de unidad y para que haya unidad, se requiere que haya unidad entre quienes estamos en casa», deslizó.
Incisivo, Adán Augusto llamó a sus correligionarios a «no perder el tiempo en estériles batallas al interior, (puesto que) eso no vale la pena». Luego les sugirió regresar a la calle a hacer talacha política, con la consulta de revocación de mandato a la vuelta de la esquina y la discusión de la reforma eléctrica en ciernes.
«No va a ser fácil la batalla para que tengamos reforma eléctrica constitucional, pero no podemos darnos el lujo de menospreciar el trabajo y lo que ustedes representan», machacó.
Ante el desconcierto del anfitrión, el senador Monreal, el responsable de la política interior contó que el zacatecano le llamó el año pasado para advertirle que se complicaba la votación para la revocación de mandato, pero que la Oposición estaba dispuesta a ir si se modificaba la pregunta. Acto que recriminó luego de que los opositores impugnaran ante la pregunta del ejercicio ante la Corte.
«Y le digo (a Monreal) que hay que tener cuidado con los acuerdos con los opositores, porque aparentemente los podemos cumplir, pero ellos terminan no cumpliendo», previno. «Ya vimos que no cumple: ahora está en la Corte una acción de inconstitucionalidad los partidos que dieron su palabra. Pero si no somos capaces de mantenernos unidos, pues tampoco vamos a ser capaces de ejercer la autoridad moral que los haga cumplir los acuerdos.»
«No vale la pena que desgastemos al movimiento con este tipo de divisiones. Esa comisión beneficiaba más a los intereses de la oposición que a los de este grupo. Nosotros mismos estábamos abriendo el debate de si convenía o no desaparecer los Poderes en un estado que gobierna alguien emanado de este movimiento.»
El Secretario había puesto orden con una intervención atemperada, pero que despejó cualquier duda sobre el mando y la interlocución que tiene. Todavía hubo tiempo como para que senador tlaxcalteca José Antonio Álvarez Lima se engallara y recriminara a Monreal sus ambiciones.
«Asegúrale (a AMLO) que no tenemos pretexto para que la frivolidad o la ambición pudieran romper la unidad», ofreció.
El zacatecano tomó nota y de inmediato encaró al ex Gobernador de Tlaxcala. «Lo que requerimos es una unidad real, no ficticia ni simulada. Si persiste esta actitud, va a persistir la división. Nadie tiene ambiciones, nadie. Son aspiraciones normales de quienes quieren ser Gobernadores o quienes quieren aspirar a otro puesto. Son aspiraciones normales y no aspiraciones vulgares. Nadie en el grupo tiene esa característica», repuso.
El Secretario de Gobernación se retiró como había llegado. Discreto, sin mayor alharaca. La brisa tabasqueña se hizo sentir.