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  • Adolfo Tenahua Ramos
La persona que quedó en su lugar es Yolanda Espinoza Dávila, la cual se hará cargo de enfrentar todas las anomalías que dejó Citlali, como escándalos, inconformidades, abusos, además de la creación de la doble plaza y que no trabaja Enrique Guerra.

La polémica funcionaria Citlali Ortiz Cano, se quedó sin la mina de oro que tantos años le dio la oportunidad de vivir a costillas de los trabajadores de la educación, por fin admitió que se quedó sin chamba en la Secretaría de Educación Pública (SEPE) 

“Me permito comentarles que he declinado la propuesta de trabajar en la Dirección de Transformación Educativa de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala, una vez que por el inicio del proceso de reestructuración, fui removida de la jefatura del Departamento de Educación Especial de SEPE, agradezco todo el apoyo y cariño que recibí de ustedes, fue un placer trabajar incansablemente en el proyecto de nuestra distinguida Gobernadora, a quien agradezco la oportunidad y la confianza otorgada a mi persona para buscar cada día lo mejor para nuestros amados alumnos, maestros y planteles. Hoy regreso a mis escuelas, para seguir escribiendo páginas de amor, justicia y dignidad junto con la base. Su compañera de lucha Citlali Ortiz Cano”. 

La persona que quedó en su lugar es Yolanda Espinoza Dávila, la cual se hará cargo de enfrentar todas las anomalías que dejó Citlali, como escándalos, inconformidades, abusos, además de la creación de la doble plaza y que no trabaja Enrique Guerra.  

La funcionaria despedida cuenta con tres plazas de adscripción en Apizaco, Nativitas y Tlaxcala, de las cuales en teoría no debería cobrar emolumentos; situación irregular de posible corrupción que tiene a la autoridad educativa en una encrucijada. 

Ortiz Cano es la misma que se ausentó en agosto del año pasado de sus labores por irse de vacaciones a un destino de playa, según las fotos que circularon en las redes sociales, y que fueron tomadas de una publicación de la misma funcionaria. 

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