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  • Emilio Piedras
Mientras siguen los levantones y asesinatos en Tlaxcala, hay rutas donde no existe la policía estatal convenientemente

A tres años de la llegada del gobierno de la 4T a Tlaxcala, la zozobra, el temor y el sentimiento de inseguridad se ha apoderado de los habitantes del estado más seguro del país, luego de que en los últimos días ha habido varios asesinatos como no se había visto con los peores gobiernos emanados del PRIAN.

Solo en los tiempos de Alfonso Sánchez Anaya, cuando Tlaxcala se convirtió en uno de los estados con más secuestro en el país y al tener de subprocurador a un delincuente que tenía nexos con uno de los cárteles más importantes de la República, se tuvo un sentimiento de inseguridad como el que se vive hoy en la entidad.

Mientras los asesinatos y crímenes de mayor impacto se multiplican, en la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), estarían haciendo grandes negocios supuestamente con el tráfico de indocumentados, ya que de acuerdo con personal de la dependencia, alguien se ha encargado de limpiar de efectivos las rutas por donde pasan cientos de centroamericanos a la semana.

Hoy en Tlaxcala en las principales carreteras, se puede observar la ausencia de policías del estado, ya que es muy raro encontrar elementos sobre la vía corta de San Pablo del Monte hasta Calpulalpan, siendo muy conveniente para los delincuentes.

A esto se suma la inoperancia del presumido C5, que sirve más para espiar a contrincantes políticos, que para ofrecer seguridad a los tlaxcaltecas o en el mejor de los casos para encontrar a fauna en los municipios.

En redes sociales, los usuarios se cuestionan cómo es que el C5 no reaccionó ante la llamada de emergencia que se pidió en el secuestro de un empresario que posteriormente fue asesinado, ya que apareció en Puebla y los encargados del C5 tuvieron al menos 20 minutos antes de que los agresores salieran del estado.

El día de ayer tocó a otro empresario sufrir el embate de la galopante delincuencia, siendo ultimado frente a varias personas a plena luz del día en un lugar concurrido, evidenciando que los malhechores saben que en Tlaxcala no hay ni seguridad, ni consecuencias para quienes delinquen.

El estado de derecho está rebasado y las autoridades prefieren hacer caso omiso y vivir en una burbuja en donde le dicen a la mandamás que todo está bien, mientras el estado cae en una ola de inseguridad y se mantiene el titular de la SSC, quien se sabe ya presentó su renuncia pero no se la aceptan porque no hay alguien que pueda ocupar el cargo, claro según quienes mandan.

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