- Política
El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Tlaxcala se erige como un monumento al fracaso, el más patético de las 32 entidades federativas. La evaluación oficial del DIF Estatal correspondiente a septiembre de 2025, publicada por la Revista 32, no deja lugar a dudas: bajo la dirección de Mariana Espinosa de Los Monteros, este organismo no solo ocupa el último lugar en indicadores clave de desempeño, sino que representa la culminación de una dinastía política que ha convertido el bienestar social en un botín familiar, cientos de millones de pesos anuales que no han servido para nada.
La madre, Lorena Cuéllar, ha gobernado Tlaxcala desde 2021 con promesas de "transformación" morenista, pero su legado es un estado estancado en la pobreza y la desigualdad. Ahora, la hija replica el patrón con creces en el DIF, donde la ineptitud roza lo frustante. Según el informe "Evaluación DIF Estatal - Septiembre 2025", de la empresa demoscópica Arias consultores, Tlaxcala arrastra la alerta roja en cobertura de servicios básicos: solo el 12% de las familias en situación de vulnerabilidad recibe atención efectiva, frente al promedio nacional del 58%. Es el resultado de una gestión que prioriza el nepotismo sobre la necesidad.
Desglosemos los números que gritan negligencia. En ejecución presupuestal, Tlaxcala se queda en un raquítico 34% de lo asignado, el peor registro del país, lo que significa que millones de pesos destinados a sus funciones, alimentación, apoyo a personas con discapacidad y prevención de violencia familiar se evaporan en burocracia o, peor aún, en favores políticos.
Mientras estados como Yucatán o Querétaro superan el 80% de ejecución con programas que salvan vidas, en Tlaxcala el DIF parece más un club social para allegados que un escudo contra la miseria. El informe detalla que solo el 8% de los recursos para atención a infancias en riesgo se utilizó adecuadamente, dejando a miles de niños expuestos a la desnutrición y el abandono.
La debacle del gobierno de Tlaxcala, viene desde la cabeza, corrupción, inseguridad e impunidad lo caracterizan. En el mismo mes de septiembre de este año, Arias Consultores, ubica a la mandataria del Estado, Lorena Cuéllar, como la peor del país también.
Lorena, quien ahora recurre en un intento desesperado a repartir besos, abrazos y dádivas, está viendo cómo Tlaxcala cae en todos los índices nacionales: del lugar 25 en el Índice de Desarrollo Humano al colapso en salud y educación.
Su hija, catapultada al DIF sin méritos aparentes más allá del apellido, hereda no solo el cargo, sino la fórmula del desastre: opacidad, clientelismo y cero en la rendición de cuentas. El documento de septiembre revela que el 65% de las quejas ciudadanas contra el DIF tlaxcalteca, desde retrasos en pensiones hasta discriminación en trámites, permanecen sin resolver, un porcentaje que duplica al de cualquier otro estado.
Mientras, Mariana Espinosa de los Monteros presume en redes sociales de "avances" todos los días, la realidad le cae como un balde de agua fría. El informe desmiente categóricamente: cero programas innovadores implementados, y un retroceso del 22% en atención a adultos mayores comparado con 2024.
El DIF Tlaxcala no es solo el peor de México; es el emblema de cómo una familia política puede hipotecar el futuro de un estado entero. Lorena Cuéllar debe responder por la herencia tóxica que deja a su hija.
Si desea usted consultar el Informe de Arias Consultores, lo puede hacer aquí:
https://revista32.mx/wp-content/uploads/2025/10/Evaluacion-DIF-Estatal-Septiembre-2025.pdf


