- Educación
Docentes del Sindicato de Trabajadores Académicos del Colegio de Bachilleres de Tlaxcala (STACOBAT) denunciaron a Domitila Guevara Flores, a quien señalan como “impuesta” y “sin legitimidad sindical”, y que se mantiene en la dirigencia “cobijada por las autoridades del Cobat”, pese al creciente descontento y a los constantes señalamientos por presuntos abusos y manejos irregulares.
De esta situación tiene conocimiento el director general del COBAT, José Alonso Trujillo Domínguez, sin embargo, todo indica que están en contubernio y que tienen trabajo coordinado, aunque esto implique afectación a la educación de los tlaxcaltecas.
De acuerdo con trabajadores inconformes, la llegada de Guevara en noviembre de 2023 representó “el golpe más duro a la voluntad sindical”, incluso más que los cuestionados liderazgos anteriores. Aseguran que, a diferencia de otros dirigentes polémicos, Guevara ni siquiera pertenecía a la base académica, lo que alimentó la percepción de imposición y ruptura interna.
Los docentes consultados afirman que desde hace dos años han denunciado supuestos actos de favoritismo, protección institucional y beneficios para personas cercanas a Guevara. Entre estos señalamientos mencionan a familiares directos y miembros de su círculo, a quienes acusan de ocupar puestos y recibir tratos preferenciales dentro del Colegio de Bachilleres.
Aseguran que esta situación ha generado un ambiente de hartazgo, pues consideran que el sindicato se mantiene “secuestrado” para servir a intereses personales y no a los de la base trabajadora.
Uno de los reclamos más persistentes gira en torno al manejo de cuotas sindicales. Maestros cuestionan la entrega de chamarras —que califican como de mala calidad— y consideran que su adquisición no justifica los montos descontados durante años. Según su versión, cada docente habría aportado acumulados que podrían rondar los 80 mil pesos, cifra que hoy —dicen— no se refleja en beneficios tangibles.
Para los trabajadores, este episodio representa la muestra más evidente de lo que llaman “un manejo opaco de recursos que nadie explica”.
Otra de las acusaciones recurrentes es que, ante el aumento de inconformidad, la dirigencia habría recurrido a presiones y advertencias hacia docentes que no acaten sus disposiciones. Los denunciantes aseguran que se les ha insinuado el riesgo de perder horas laborales como mecanismo para obligarlos a alinearse.
“En lugar de escuchar a la base, se opta por profundizar el desgaste y la división”, reprochan.
Trabajadores sostienen que la crisis actual del STACOBAT y del propio Cobat no se debe solo a conflictos laborales, sino a lo que consideran “la falta total de legitimidad y representatividad de una dirigencia sostenida solo por el respaldo institucional”.


