• Citlali Ortiz Cano
La dificultad del diagnóstico del alcoholismo

 La concepción tan generalizada de que el alcohólico es un “vicioso”, “depravado moral” o “malo”, hace muy difícil el abordaje del alcoholismo como una enfermedad, porque además, entre una gran mayoría de profesionales de la salud no es considerada así, porque existe en ellos mucho desconocimiento de las características del alcoholismo, así como se ignora en qué momento y cómo se da la  génesis de esta enfermedad en el alcohólico, aún en los círculos médicos.

También la negación de la enfermedad, constituye el principal obstáculo para la recuperación o control de la enfermedad. La negación es una de las características primordiales del alcoholismo y al ser negado el padecimiento, no sólo por el alcohólico, sino también por su familia y círculos cercanos de convivencia, se dificulta su atención en todas las etapas de la misma.

Las actitudes respecto al alcoholismo lo diferencian de todas las demás enfermedades que los médicos tratan, el diagnóstico del alcoholismo es ofensivo y vergonzante para el que lo recibe.

 Cuando un médico atiende a cualquier otro enfermo, este último le relata a su médico todas las molestias y los sufrimientos que le acarrea el padecimiento, con  el alcoholismo, no sucede como con el resto de las enfermedades orgánicas. Cuando el alcohólico, consulta a un médico lo hace generalmente porque ha sido presionado por alguna circunstancia externa o porque se encuentra en un cuadro grave de enfermedades físicas, correlacionadas o causadas por su manera de beber.

Génesis de la enfermedad

Recientes investigaciones revelan que hay un “gen” del alcoholismo que predetermina la aparición de la enfermedad, existan desencadenantes o no. Sin embargo, la mayoría de las veces el alcoholismo es heredado de una manera más evidente,  se ha demostrado que los hijos de alcohólicos tienen más probabilidad de desarrollar la enfermedad que los hijos de no alcohólicos.

 El hogar alcohólico-hogares donde por lo menos un miembro tiene problemas en su manera de beber- va transmitiendo los patrones de violencia y maltrato que se han venido arrastrando de generación en generación, porque hay más probabilidades de que una persona sea alcohólica si tiene un progenitor o un familiar cercano alcohólico, que otro que no creció en un ambiente de alcoholismo.

Cada vez son más las familias que viven con algún problema o repercusión generada por el alcoholismo y éste va aumentando alarmantemente en todos los niveles socioeconómicos.

Esta enfermedad es silenciosa, oculta o ignorada por la sociedad en general, además de propiciada por nuestro sistema social y económico. Por ende se hace urgente un abordaje eficaz para contrarrestar, los efectos de esta devastadora enfermedad.

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