• Alfonso Sánchez Anaya
Hay una conciencia certera en el pueblo mexicano: en este país no existe la democracia y la población gobernada es rehén de un grupo en el poder que sólo se ha dedicado a enriquecerse de manera corrupta e impune, sin importarle trabajar en absoluto para mejorar las condiciones de vida de la población.

Latinobarómetro, es una Organización No Gubernamental con sede en Chile,  que por medio de entrevistas investiga el desarrollo de las condiciones democráticas, sociales, políticas y económicas en que viven los pueblos de por lo menos 18 países latinoamericanos, usando indicadores que miden comportamientos y valores, ha publicado sus datos correspondientes a este 2017 correspondientes a México, resaltando que 9 de cada 10 mexicanos dice que EPN gobierna solamente para un puñado de poderosos y no trabaja para beneficio del pueblo.

El problema de esa certera conciencia de los mexicanos, que ha producido en ellos un enorme enojo y hartazgo por el mal gobierno que padecen, es que todo eso  se traduce frustración e impotencia para cambiar la triste y perjudicial realidad en la que viven, pues no encuentran la manera de frenar los abusos de los gobernantes porque carecen de la herramientas jurídicas y materiales necesarias para lograrlo.

Todas las acciones que la gente intenta para acabar con el mal gobierno, materialmente se destruyen al impactarse con el absoluto control y disposición que tienen y usan los del grupo en el poder, de las instituciones electorales, judiciales, legislativas, además de los recursos públicos para fines proselitistas, que los hacen permanecer en el poder.

Si a lo anterior, se le suma el control gubernamental que se ejerce sobre los medios de comunicación masiva, como lo es la prensa escrita, la televisión y ahora el internet, principalmente, la penosa realidad se vuelve dramática.

Todos esos factores mencionados, han provocado entre otras situaciones, el desánimo de la gente para salir y votar en contra de quienes tanto daño les ha ocasionado; inhibir el voto de la ciudadanía ha sido una de las más poderosas herramientas usadas por los que están en el poder, lo que les ha permitido a éstos, con el llamado “voto duro”, permanecer en el gobierno. Impulsar tantos candidatos “independientes” y dividir al electorado, abona a su objetivo.

El 2018 toca a la puerta de los mexicanos, que debieran verla como la gran oportunidad para acabar definitivamente con lo que tanto daño les ha causado.

¿Será capaz la ciudadanía de unirse en un gran propósito nacional saliendo a votar, para cambiar de una vez por todas su lamentable realidad?

México requiere urgentemente de encontrar en un liderazgo nacional, la auténtica respuesta a la necesidad que tiene de cambiar esta realidad que cada día es aún más crítica.