• Pedro Morales
Marco Mena ya le traía ganas al “Tlahuicole”, desde sus tiempos de secretario de turismo se dio cuenta de que en Tlaxcala hacía falta algo grande, como para atraer a los visitantes y al dinero.

Supo lo que es padecer para garantizar un espacio amplio y funcional para un evento como el que estaba organizando, que fue el concierto del tenor Plácido Domingo.

El entonces funcionario estatal se las vio negras para colocar los miles de sillas que le pidieron, las vialidades y ni se diga para resolver la cuestión del estacionamiento para un evento grande de a deveras.

Desde ese punto de vista, se vale soñar que en el ámbito deportivo se logre un espacio a nivel nacional en el negocio del futbol, aunque eso está por verse, en tanto la proyección es a futuro.

Sin duda las próximas generaciones contarán con un espacio digno y grande para conciertos, espectáculos culturales que le van a quedar grandes a la infraestructura que tenemos.

Marco Mena dijo con emoción que Tlaxcala tiene las condiciones para acceder a una posición renovada en el escenario nacional y a una liga superior en el país que permita que el estado sea reconocido por lo bueno que tiene.

Al presentar el proyecto de modernización del estadio Tlahuicole, Marco Mena destacó que esta nueva infraestructura brinda la oportunidad de que Tlaxcala sea más atractivo y competitivo; además, permitirá generar un mayor flujo económico en todo el estado a través del desarrollo de actividades deportivas, artísticas y culturales.

La modernización del estadio Tlahuicole se realizará con una inversión estatal de más de 180 millones de pesos, en un tiempo estimado de siete meses con capacidad de albergar a 15 mil 600 personas.

Al señalar que medio siglo después de que el estadio Tlahuicole se transformó en un ícono de Tlaxcala y en un centro de actividades de la historia de sus habitantes en las últimas décadas, Marco Mena enfatizó que “hoy estamos modernizándolo como un nuevo rasgo en torno al futuro que queremos y que podemos representar con el acceso a una nueva liga en el escenario nacional”.

Ante personal técnico, directivos e integrantes de los equipos infantil, varonil y femenil de Coyotes F.C., el gobernador Marco Mena subrayó que las condiciones favorables y números positivos que registra el estado son necesarias, pero se debe trabajar en salud y empleo para alcanzar el lugar que merece Tlaxcala en la región y el país.

“La inversión que hoy presentamos es parte de este conjunto de pasos que nosotros tenemos que dar para llegar a donde queremos”, puntualizó.

En su mensaje, Marco Mena detalló que Tlaxcala está inmerso en el crecimiento económico que impulsa el presidente Enrique Peña Nieto, que ha logrado, en lo que va de su gobierno, la creación de tres millones de empleos, cifra que representa el mayor número de fuentes laborales generadas en un sexenio hasta ahora.

Explicó que para el desarrollo de este tipo de proyectos fue fundamental la solidaridad que mostró el Presidente Peña con Tlaxcala tras los sismos de septiembre, ya que este respaldo y la flexibilidad presupuestal del Gobierno Federal permitieron poner en marcha la modernización del estadio.

Hasta aquí todo pinta de primer mundo, aunque es justo mencionar que las bases para el despegue de Tlaxcala fueron puestas por Emilio Sánchez Piedras, quien fue un personaje visionario que vio en la industria un futuro esplendoroso.

Cada gobernador como Tulio Hernández han puesto su empeño, a su manera, para que Tlaxcala sea un estado donde el atractivo no solamente sean los carnavales, ni los toritos.

Sin olvidar a otros mandatarios como Beatriz Paredes o Álvarez Lima, ni se diga de Héctor Ortiz quien tuvo una participación significativa al dejar la mesa puesta para el despegue del desarrollo de Tlaxcala.

Ahí están las carreteras, los libramientos, las universidades, los hospitales y es ahí donde viene la otra cara de la moneda, ya que con esos 180 millones se podría hacer mucho más que apostarle a la diversión.

Por ejemplo concretar ese puerto seco que está invisible y que solamente los ejidatarios de Tlaxco y Buenavista saben que les quitaron más de mil hectáreas y del puerto seco ni sus luces.

Posiblemente esos 180 millones de pesos bien pudieron haber sido aplicados a la Central de Abastos que tanta falta hace para que los productores ya no tengan que depender de los chilangos y los poblanos para colocar su producción.

A lo mejor esos 180 millones de pesos también pudieron aplicarse para concretar la Plaza del Bicentenario, donde están parados 300 millones de pesos y que por dizque cuestiones políticas no se hace nada.

Ya ni que decir que ese dinero hacía falta para medicinas y enfilarlas a aliviar un poco las necesidades de los enfermos de insuficiencia renal crónica, con clínicas en los pueblos para que ya las familias no gasten tanto.

Muchos problemas pudieron haberse resuelto con  esos 180 millones de pesos que no le sobran a los tlaxcaltecas, pero como el hubiera no existe, hay que aguantar y esperar a que se cumplan los sueños de… ESA NUEVA “GOBERNANZA A LA TLAXCALTECA”.