• Reyes Ruiz Peña
Agradezco sinceramente a e-consulta y a su director en Tlaxcala, Martín Ruiz, la oportunidad que me brinda, una vez más, de poder dirigirme a ustedes a través de este importante medio tras una prolongada ausencia por cuestiones de carácter personal.

 

En esta ocasión abordaré el tema relacionado con la criticable actitud hasta hoy mostrada por los diputados que integran la LXIII Legislatura local. Como es del dominio público, la mayoría de ellos llegaron al Congreso gracias al “efecto López Obrador”, es decir, por el simple hecho de haber aparecido en la boleta electoral como candidatos de MORENA obtuvieron los votos suficientes para ganar la elección del pasado primero de julio.

Recordemos que el mencionado efecto se dio a nivel nacional, ya que en la mayoría de los estados en los que hubo elecciones locales fue MORENA el partido que arrasó en las votaciones para integrar las legislaturas estatales.

En lo que respecta a Tlaxcala, es cada día más evidente la falta de capacidad, experiencia y voluntad política de los diputados, por mencionar solo algunas de sus múltiples carencias. Además, a solo unos meses de asumir el cargo, ya existen señalamientos de falta de honestidad contra los congresistas, como es el caso del presidente del Comité de Administración, RAFAEL ORTEGA BLANCAS, quien ha sido cuestionado por tener a familiares suyos en diferentes actividades dentro del Poder Legislativo.

Las acusaciones en contra de RAFAEL ORTEGA, hoy encargado de manejar los recursos del Congreso, han causado molestia y descontento entre sus propios compañeros de partido; incluso se menciona con insistencia un alejamiento con su madrina política LORENA CUELLAR CISNEROS, quien se ha mostrado sorprendida y molesta por la ambición desmedida mostrada por el matador de toros. Recordemos que este señor llegó a ser diputado por MORENA habiendo sido antes candidato del PRI a la presidencia municipal de Apizaco, así como abanderado del PRD a diputado local.

Aunque lo mencionado hasta ahora no es cosa menor, el problema es más grave pues han sido varias las pifias que han cometido estos diputados. Tal es el caso de VÍCTOR CASTRO LÓPEZ, quien sin poder controlar su lengua acusó a médicos y enfermeras del Sector Salud de propiciar la muerte de algunos menores y, al no poder comprobar sus acusaciones, causó el enojo de BLANCA ÁGUILA LIMA, quien ni tarda ni perezosa le organizó una manifestación exigiendo que se retractara. Desde entonces, por cierto, poco o nada se ha sabido de ese diputado.

Otro caso lamentable es el del diputado MIGUEL ÁNGEL COVARRUBIAS CERVANTES, que proponía cobrarle a la empresa FEMSA-COCA COLA la cantidad de DOS MILLONES DE PESOS al año, como compensación por la extracción de agua que realiza en el municipio de Apizaco. Como era de esperarse, la propuesta causó risa entre sus homólogos por su notable falta de elementos y seriedad.

Otra pifia de la actual legislatura, criticada con insistencia en los medios de comunicación y las redes sociales, es el presupuesto millonario que se asignó a sí mismo el Poder Legislativo para el presente ejercicio fiscal. Con ese jugoso aumento, los diputados aumentaron su sueldo y se aprobaron recursos adicionales para la realización de obra pública, a pesar de que sus atribuciones legales son solo legislar, fiscalizar y gestionar.

También hemos visto que solo basta con que algún grupo u organización decida manifestarse ante los diputados para exigirles alguna respuesta satisfactoria a sus intereses particularísimos, para que estos accedan a sus peticiones y den marcha atrás en sus acuerdos. Tal es el caso de la llamada Ley de Movilidad, que había sido propuesta por un diputado del PAN y que ante la presión de transportistas, taxistas y diferentes empresas dedicadas a esta actividad, los congresistas dieron marcha atrás cobardemente.

Ahora, en un ejercicio crítico, estimado lector, imagínese a lo que estamos expuestos cuando se menciona que muchos de estos mediocres personajes ya están pensando e incluso “trabajando” para ser candidatos a presidentes municipales. Como dice el dicho: que Dios nos agarre confesados.

Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Hasta la próxima, si Dios lo permite.