• Reyes Ruiz Peña
La verdad no peca pero…

 

A poco más de un año de la contundente victoria de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR en las urnas, la demanda de castigo a quienes tanto daño hicieron a nuestro país sigue vigente. Los castigos que la gente quiere para la MAFIA DEL PODER están pendientes.

El expresidente PEÑA NIETO se deja ver en actos sociales y con cinismo se da una vida como si tuviera la conciencia tranquila. Pero no es el único, porque gente como ROSARIO ROBLES, LUIS VIDEGARAY y OSORIO CHONG hoy duermen plácidamente como si no le debieran nada al pueblo de México.

Otros, como EMILIO LOZOYA y JAVIER DUARTE, vociferan abiertamente o entre líneas que sus acciones corruptas tuvieron el visto bueno de los más altos niveles del poder. A ese grado de podredumbre y de impunidad hemos llegado como país.

Pero en lo que hasta ahora he dicho, estimado lector, no hay nada nuevo. Por desgracia, en nuestro país este tipo de prácticas eran casi una regla no escrita. “El que no tranza no avanza”, era el dicho preferido de nuestra desvergonzada clase política.

Sin embargo, hoy estamos en el comienzo de lo que pretende ser un nuevo régimen político para el país. El gobierno de AMLO está obligado a establecer un punto de quiebre tanto en este como en otros rubros de la vida pública de México.

Hoy sabemos que los resultados de la Cuarta Transformación no llegarán pronto, por el complejo panorama nacional que heredó el presidente LÓPEZ OBRADOR. Si a esto agregamos una percepción creciente de impunidad, en poco tiempo puede venir un masivo desencanto hacia el actual gobierno federal.

El mito del PACTO DE IMPUNIDAD, patrocinado por el candidato panista, RICARDO ANAYA, y sus seguidores y promotores, puede cobrar cada vez más fuerza y acelerar el desencanto hacia el gobierno lopezobradorista.

Para evitar tal desilusión, el presidente debe aplicar mano dura en contra de quienes se beneficiaron ilegalmente a costa del erario y de quienes hicieron manejos irregulares para beneficio propio o de sus cómplices. Urge que caigan PECES GORDOS.

La peste de la corrupción alcanzó a muchos durante el sexenio pasado, empezando por el propio presidente PEÑA NIETO y sus cercanos VIDEGARAY, ROBLES y OSORIO. Qué decir de los gobernadores de la “nueva generación” del PRI, y de los rancios corruptos de siempre como ROMERO DESCHAMPS.

Lo que no queremos es más casos mediáticos para apaciguar las aguas; hoy se trata de formular acusaciones sólidas que jurídicamente deriven en castigos ejemplares y que constituyan un derrotero del fin del saqueo a la patria y del comienzo de un régimen que probadamente actúe diferente no solo en el discurso sino en la vida real.

Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Hasta la próxima si Dios lo permite.