• Miguel Ángel Meléndez Nava
Espacio Político

 Los resultados de la elección priista del  pasado domingo, cambió los pronósticos de  algunos priistas  pesimistas  que predecían  que  el proceso interno de ese instituto político sería el cementerio de un priismo que después del 2 de julio del 2018 quedo casi aniquilado, el triunfo arrollador a nivel nacional de Alejandro Moreno Cárdenas, revive las ganas y confianza de priistas que por décadas han sido fieles a su partido, y que habían sido olvidados por las élites y los grupos en el poder.

Hoy el gran reto del gobernador de Campeche, con licencia,  es hacer un verdadero cambio, pero  no sólo en el discurso sino en  la estructura nacional,  debe haber un cambio generacional, de personajes y apellidos,  que incluya la terminación del dedazo y de  las imposiciones, que en  la elección  de sus  candidaturas  se  tomen  en cuenta las estructuras  de en medio y de abajo, y que los  personajes seleccionados estén  identificados  con   sus comunidades, sus  municipios,   sus distritos y  sus estados, ya no pueden seguir con los viejas prácticas del amiguismo y compadrazgo.

Los priistas  que votaron,  ya mandaron el primer mensaje  de confianza, si bien la participación en cuanto a votación no fue como en otros tiempos ,el resultado lo dice todo, los priistas ven a  Moreno Cárdenas,  como un dirigente nacional  que puede cambiar la imagen de un partido que por décadas estuvo secuestrado por intereses personales y de grupos, lo que hizo que millones de priistas mostraran un hartazgo en contra de las prácticas de demagogia y corrupción que se volvió un sello del viejo PRI, de ahí que una alternativa buena seria que el nuevo dirigente nacional priista, en su toma de protesta proponga la  expulsión de  priistas señalados de actos de corrupción como Emilio Lozoya, Carlos Salinas y Enrique Peña.

En lo  correspondiente a Tlaxcala, los priistas respondieron positivamente a la convocatoria que el coordinador de campaña de Alito, realizó en todo el Estado, lógicamente que el trabajo  no solo fue de Noé Rodríguez, sino que  fue un trabajo de equipo  donde se sumaron varios actores que por décadas se han identificado por ser leales a su partido, aunque según comentarios  hay que destacar  a   priistas que habían  sido olvidados, o que no habían sido tomados en cuenta, por personajes o grupos que solo querían satisfacer sus intereses, de ahí que  hoy, el gran reto de los priistas es el reorganizarse, para nombrar una nueva dirigencia estatal fuerte, que sume y no reste y para que esto  camine,  primero los priistas  deben elegir  a un  dirigente estatal, que se identifique con los militantes y simpatizantes de ese partido y  debe ser un hombre o mujer, que no tenga intereses personales o de grupo rumbo al 2021, ya que si el president@, quiere utilizar la dirigencia estatal, como un escalón para obtener  una candidatura o para beneficiar  a cierto personaje, solo va a lograr una  división, que llevaría al PRI a seguir siendo una tercera fuerza política en el estado, ante este panorama, seguramente la efervescencia  priista apenas inicia, pues si bien todavía faltan  casi dos años para el cambio de presidentes de comunidad, presidentes municipales, diputados locales, diputados federales y gobernador, el tiempo no se para y lo que hoy se ve distante, cuando nos demos cuenta, ya se cumplieron los tiempos y los que hoy son actores políticos, en dos años solo serán parte de la historia.

Sin duda que las listas de priistas que suspiran  para los diferentes puestos de elección popular ya son muy amplias, y con el paso del tiempo irán aumentando, de ahí la importancia de que los priistas tengan una dirigencia estatal  fuerte, que no esté a las órdenes de un personaje o un grupo, ya que si siguen con sus divisiones, difícilmente  podrán retener el poder ejecutivo y ganar posiciones en el poder legislativo estatal y federal, los nombres que suenan  para dirigir al PRI, son: Fabricio Mena, José Luis Ramírez, Anabel Avalos,  Anabel Alvarado, Victorino Vergara, Enrique Padilla  y Teodardo Muñoz, algunos de ellos identificados con el ex gobernador Mariano González y con la Senadora Beatriz Paredes, quien por cierto, a últimas fechas ha visitado más frecuentemente al estado, dictando conferencias o asistiendo a eventos y  donde su presencia despierta morbo e interés de políticos y jóvenes, que quieren conocerla, ya que Beatriz, es un personaje que siempre da la nota con sus discursos que entre líneas deja algún mensaje o una dedicatoria.

En relación a los nombres de priistas que se mencionan rumbo al 2021, la lista se ha ido reduciendo, y solo suenan los nombres de  Anabel Avalos, Ricardo García, Manuel Camacho y Noé Rodríguez Roldan y párele de contar.

Por último sería bueno que la Contraloría del Ejecutivo,  la Contraloría  de la Federación y el mismo Director General del COBAT,  informarán sobre cómo va el caso de la ex directora general del COBAT,  Silvia Josefina Millán López, quien  fue inhabilitada por 10 años para tener un cargo público,  ya que según informes desapareció más de 50 millones de pesos de la institución educativa, no sería justo que este descansando y no reintegre el dinero que según desvió, sino lo tiene, por ahí hay una residencia en Zacatelco, cuentas bancarias y automóviles de lujo que pueden ser confiscados, la cuarta transformación debe ser pareja,  ahí está el caso de Rosario Robles, quien se sentía intocable y  ya está en un reclusorio, tras las rejas, con esos 50  millones de pesos  que regrese la ex directora general  al COBAT, se construirían  más salones, o se equiparían los laboratorios, o se pagaría dignamente a los maestros y personal administrativo, hay  trabajo para la Procuraduría sólo que lo quiera realizar.