En las últimas fechas, la vida de los seres humanos en casi todos los rincones del mundo gira alrededor de la pandemia del coronavirus. Como sabe, estimado lector, el nuevo brote tuvo su origen en China y los primeros casos fueron notificados a la Organización Mundial de Salud el pasado 31 de diciembre.
A tres meses de distancia, los efectos de la pandemia afectan a la mayor parte de la humanidad y no precisamente debido al número de personas infectadas por el nuevo coronavirus, sino por las consecuencias de toda índole que esto está dejando a su paso, principalmente, la afectación en la economía de la gente.
La realidad es que hoy la vida de los mexicanos se ha visto alterada de manera contundente debido a la aparición de la Covid-19, y esto ha sido hábilmente aprovechado por algunos personajes políticos que nunca imaginaron contar con un DISTRACTOR de esta naturaleza que les permitiera “nadar de muertito”.
En otras palabras, los problemas sociales, económicos y de seguridad pública que enfrentan varios municipios del estado han pasado desapercibidos ante la avalancha informativa sobre la pandemia del coronavirus. Los cuestionamientos a los malos gobernantes prácticamente han sido borrados de la discusión pública.
En APIZACO, por ejemplo, parece que ha quedado en el olvido el creciente reclamo por la INSEGURIDAD que azota al municipio y que se desvaneció la idea de organizar una MARCHA para mostrar el descontento ciudadano con algunos mandos encargados de la seguridad pública y con su desempeño.
También llama poderosamente la atención que hoy, de pronto, el gobernador MARCO MENA está considerado como el décimo mejor mandatario local por su respuesta ante la contingencia sanitaria provocada por el coronavirus, según la más reciente encuesta de ARIAS CONSULTORES.
Independientemente de que considero que los resultados de la mencionada encuesta están completamente alejados de la realidad que vivimos los tlaxcaltecas, sorprende que hoy el gobierno del Estado SÍ PRESTE ATENCIÓN a lo que dice Arias Consultores y hasta difunda por todos los medios posibles un comunicado de prensa para presumir “su gran logro”.
Y es que en julio de 2019, MENA RODRÍGUEZ fue catalogado como EL PEOR GOBERNADOR del país por obtener la aceptación más baja en la encuesta “Así van los 32 gobernadores”, que -sí, estimado lector- también realizó Arias Consultores. En aquellas fechas no hubo ningún comunicado oficial, solo SILENCIO por parte del gobierno estatal.
Más allá de que cada gobernante esté llevando “agua a su molino” en medio de la contingencia sanitaria en la que nos encontramos, debemos reconocer que se ha generado una enorme incertidumbre entre la población porque las redes sociales y algunos medios de comunicación son utilizados por personas sin escrúpulos para difundir noticias y comentarios que desinforman y provocan pánico.
Mucha de esa información falsa o tendenciosa solo busca desacreditar y afectar la imagen del presidente López Obrador, que acertadamente tomó la decisión de que sean los especialistas y expertos en temas de salud quienes enfrenten la pandemia de la Covid-19, que está considerada como una de las enfermedades más peligrosas de los últimos tiempos.
NOTA AL MARGEN
Otro asunto que no quisiera dejar de comentar con ustedes, es lo que ocurrió el pasado fin de semana durante la gira que realizó el presidente de la República por el estado de Sinaloa para supervisar una obra carretera en la sierra de ese estado. Fue precisamente en Badiraguato donde López Obrador saludó de mano a la señora Consuelo Loera Pérez, mamá de Joaquín el “Chapo” Guzmán, y esto ha generado una serie de críticas y comentarios en su contra. A mi parecer, el presidente de la República actuó como un servidor público que pretende brindar apoyo a una ciudadana que no tiene cuentas pendientes con la justicia y como un ser humano que atiende el llamado de una persona adulta mayor. Quienes ayer callaron ante la inconfesable y dañina protección de los anteriores gobiernos al Cartel de Sinaloa, hoy atacan al presidente por una acción tan pública como inofensiva. La hipocresía y el cinismo no tienen límites.
Como siempre, mi total gratitud y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Hasta la próxima, si Dios lo permite.