• M.C.S Elsa Martínez Flores
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Si…a partir de hoy esta pregunta lo acompañará en todos los lugares, en pláticas de café, con los compañeros de trabajo, en las redes sociales, y tal vez en la soledad de su recámara se preguntará…bueno, ¿Quién es para mí la mejor opción? 

Las campañas ya arrancaron y propuestas van y vienen, así como ataques de ambos frentes, sin embargo, es fundamental destacar que existe un número importante de gente indecisa, esa a la que si le preguntas definitivamente responde de forma apática desde “aún no lo sé”, “el día de la votación decidiré”, “no…pues quien sabe”, “es muy temprano aun para definirme por alguien”, entre otras.  

A partir de que comienzan las campañas las encuestas que simplemente darán a conocer como siempre la mitad en razón de lo cualitativo y la otra parte referente a lo cuantitativo, al levantar el sondeo, se acude a diferentes estados de ánimo, de situaciones socioeconómicas que en ese momento se convierten en la vulnerabilidad misma de personas que disfrutan de algún beneficio de gobierno o viven con la promesa de que una continuidad en el sistema, o bien de gente que tuvo un mal día que perdieron su trabajo, convalecientes de COVID, o a la que le han cerrado espacios y oportunidades de crecimiento.  

Por ello, los resultados de este día y hasta una semana antes de la elección variará y no habrá una confiabilidad al 100 por ciento, ya que no se le pregunta a un robot sino a seres humanos, a los que hoy estarán contrariados por algo y mañana verán las cosas de diferente manera.  

Estas elecciones vendrán cargadas de emociones, de vivencias, de reproches y también de la necesidad de querer que alguien los proteja, que las cosas realmente mejoren, de ver en la próxima figura gubernamental como un símbolo de confianza y de que pese a lo que el país vive todo irá mejor en el Estado.