• M.C.S Elsa Martínez Flores
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Desde el inicio de los tiempos, el hombre ha tratado de explicarse a si mismo y a los demás, cómo funciona la vida, la estructura de lo que nos rodea, encontrar una secuencia lógica y explicación a lo que sucede todos los días, es, para fraseando a Fernand Braudel “una enorme ecuación” llena de sorpresas.  

Los seres humanos han categorizado su entorno para establecer un orden a su realidad, darle una continuidad, evitar que el caos se apodere de ellos, en una sociedad, cada día más compleja a pesar de que ha desarrollado la tecnología y comodidades que rodean a la mayoría de las personas, y aun así, seguimos quejándonos.  

Esto viene a colación por los últimos cambios que el mundo ha experimentado tanto en los temas de salud, de la economía, ámbito educativo entre otros. Un elemento ha llevado a otro y, como pieza acomodada de dominó en cascada, si uno cae, le pega al siguiente, todo está ligado de tal forma que la “ecuación” se hace más difícil si en uno de estos ejes tiene una crisis.  

El año 2020 fue la fecha en que hubo un parteaguas, el planeta fue tomado por sorpresa, en unos cuantos meses la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que se vivía una pandemia, la cual afectó al ser humano, aunque muchos se resistían, debían usar cubrebocas, gel entre otras reglas que, se convirtieron en costumbre, todos resolvimos entrar en nueva dinámica. 

Una crisis sanitaria afectó a la economía de millones de personas, ahí, nos dimos cuenta por qué la moneda es redonda, debía circular, detenerse entonces, significaba cuantiosas pérdidas, descubrimos también lo que representa la compra venta para el mundo, la importancia del consumo de un bien o servicio.  

Pero también nos dimos cuenta que, falta mucho para generar condiciones adecuadas y desarrollar estudios a través de internet escolarizados, con horarios, tareas y todo lo que conlleva la “ausencia” del profesor, y contactarlo vía remota, a la distancia solamente, situación que afectó a los estudiantes jóvenes.  

La maquinaria no se detendrá por las circunstancias sociales o particulares que cada entidad o país tenga, hay mucho que re descubrir aun, acomodar las piezas que hagan a un grupo más operativo, consciente y que continúe en esta dinámica compleja, y que la “enorme ecuación” podamos manejarla, aunque sin una solución definitiva.