• Héctor A. Villalba
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Llama la atención que los desdibujados partidos políticos que sobrevivieron al proceso electoral del año pasado, hoy tengan las respuestas para todas las problemáticas a las que se enfrentan nuestras autoridades. En verdad, no importa de qué se trate, los líderes de partido piensan que con discursos suman a la democracia, aunque la verdad es que todos estamos cansados de discursos.

El tema de seguridad en el estado, se ha colocado como el más importante en la agenda ciudadana, las encuestas de percepción hablan de un sentimiento de inseguridad mientras que los datos duros reflejan avances significativos.

Pero nada de ello importa para los neófitos líderes de partidos como el PRD y el PAN, quienes en una clara muestra de no tener agenda propia, se cuelgan de las actividades de la gobernadora para hablar mal de ello.

Pero en seguridad, se cuecen aparte, tanto Julio César Pérez, y Miriam Martínez, presidentes del PRD y el PAN respectivamente, son los mejores estrategas y los más chingones analistas capaces de detener con sus inventivas propuestas la inseguridad.

Por una parte, tenemos al títere de Cambrón, Julio César Pérez, quien únicamente se limita a seguir órdenes dictadas por Juan Manuel Cambrón, ya que por sí mismo, no logra hilar una idea coherente. Manda boletines a diestra y siniestra exigiendo más seguridad, pero no propone, critica al viejo estilo porque sus limitadas capacidades de razonamiento, no le permiten ver que su papel de oposición también le obliga a realizar propuestas. Pero como pensar es un proceso un tanto difícil para los cortos de luces, prefiere seguir órdenes.

Lo ideal sería que nos dijera, desde los poquitos ayuntamientos que lograron ganar cuáles son las estrategias de seguridad que se implementan, capaz y alguna puede reorientarse para atender un problema que a todos nos incumbe.

Del otro lado tenemos a la poco experimentada y poco lúcida Miriam Martínez, quien no se cansa de ponerse en ridículo, también sale con sus inventivos comunicados haciendo un llamado a detener la ola de violencia y de inseguridad en el estado, digo, es tan sencillo ver cómo Apetatitlán se ha convertido en un foco rojo en materia de seguridad, pero es más fácil callar que proponer. Parece ser que, a la neófita política, se le olvidó que las estrategias contra la inseguridad de su partido dejaron más de 120 millones de muertos.

Después de tanto, ya no sabemos qué esperar de la oposición en Tlaxcala, en el mejor de los escenarios, lo que podemos esperar es que partidos como el PRD y el PAN desaparezcan. Ya falta poco.