• Héctor A. Villalva
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La pirotecnia fue introducida en América por los españoles, las culturas nativas de esa época tenían un culto por el fuego pues lo consideraban una deidad y le ofrecían rituales y celebraciones. Se puede pensar que la adopción de esta fue en las fiestas religiosas a partir del uso que hacían los españoles de ésta durante el proceso de conversión religiosa del pueblo. 

La pirotecnia es una tradición que se sigue hasta nuestros días. Es una actividad productiva que se realiza en 28 estados de la república, siendo los principales productores el estado de México, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala. 

El estado de México es el mayor productor en el país, 72 municipios tienen actividad pirotécnica continúa y 53 tienen actividad temporal, concentrándose la producción y las personas dedicadas a esta actividad en los municipios de Tultepec, Zumpango, Almoloya de Juárez, Ozumba, Texcoco, Chimalhuacán y Axapusco.

La pirotecnia implica el manejo de sustancias químicas que tienen características explosivas, inflamables y tóxicas, por lo que esta actividad conlleva un alto riesgo.

En la elaboración de los artificios pirotécnicos se emplean diferentes tipos de pólvora; asimismo, la producción se lleva a cabo principalmente de manera artesanal, con herramientas y equipos rudimentarios, heredando de padres a hijos las formulaciones para la elaboración de los diferentes artificios pirotécnicos, por lo que no existen procesos en serie, normalización de actividades, así como tampoco existen esquemas de control de calidad, y de salud ocupacional

Por las razones anteriores, a las cuales se suma la falta de regulación y de vigilancia de las actividades de fabricación, almacenamiento, comercialización y uso de los artificios pirotécnicos.

Se atribuye que exista una gran cantidad de accidentes en los que predominan las explosiones, teniendo como resultado pérdidas humanas, lesionados y destrucción total o parcial de las instalaciones y casas donde se almacenaban o producían estos materiales.

De ahí, que el gobierno estatal insta a todos los productores dedicados a esta actividad que cumplan con la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y tramitan su permiso ante la Secretaría de la Defensa Nacional para evitar problemas.

La Ley considera de 2 a 10 años de prisión y de 20 a 500 días de multa a quienes comercialicen pirotecnia ilegal, y de tres meses a tres años de prisión; 2 a 200 días de multa a quienes sin permiso compren, transporten, reparen o almacenen explosivos