• Héctor A. Villalva
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La seguridad en Tlaxcala ha sido el tema de la semana, no podemos negar que el nombramiento del nuevo secretario de seguridad colocó una vez más en la agenda el debate sobre el actuar de las policías, tanto las municipales como primeros respondiente como la policía estatal en materia de seguridad y prevención del delito.

Nuestra entidad ha registrado diversos intentos de linchamiento en los últimos meses, y el debate se centra en quién tiene más la culpa si la autoridad municipal o la autoridad estatal, y me parece que es un debate estéril porque, aunque le carguemos la culpa total a unos o a otros el problema seguirá existiendo.

Lo cierto es que, mucho tiene que ver el actuar de las policías municipales, recordemos que muchos elementos no tienen las capacitaciones y certificaciones que les permitan desarrollar una buena labor policial, y si a eso le sumamos que, en muchos casos se trata de “favores políticos” que le hicieron al vecino que echaba porras en las campañas podemos explicar muchas cosas.

En primer término, los elementos municipales no cuentan con los conocimientos básicos de respuesta frente a eventualidades que pueden poner en riesgo la vida y seguridad de las personas. En otros casos, cuando dan con los ladrones en el acto, se dan cuenta de que se trata de vecinos de su propia comunidad, por lo que prefieren no meterse en más temas y seguir cobrando su raquítico salario sin exponerse.

Hay incluso alcaldes que, viendo esta situación, inteligentemente comenzaron a reclutar a elementos certificados de otras corporaciones policiales municipales, para matar dos pájaros de un tiro: el primero es que se ahorran pagar adiestramiento y el segundo es que cuentan con elementos certificados.

No debemos olvidar que los presidentes municipales adquirieron un compromiso con la ciudadanía, el de salvaguardar la integridad de todos los que habitan su municipio, pero mientras se dan cuenta de ello, seguiremos viendo alcaldes frívolos que son candil de calle y oscuridad en su casa.