• Mario Alberto Macías Palma
LA PLUMA POR LA ESPADA

Tres, son tres los que cargarán con los saldos de la próxima elección, pero no les importa, ellos se van a ir, incluso, huir antes de terminar el sexenio de Lorena Cuellar, dejándola con el lastre de la discordia y el resentimiento político de los que sí son tlaxcaltecas.

La triada poblana-chilanga-morelense -el orden es por aparición, más que por influencia- tiene cooptada la voluntad decisoria de la principal figura del poder político en el estado, quien por ende adquiere el poder del pueblo de poner y quitar.

La selección de los candidatos a diputados locales, a presidentes municipales y un tanto a presidentes de comunidad, que se dejan al “líder natural” del partido en el gobierno, que se encarna en el gobernador, como se autodefinió Alfonso Sánchez Anaya, cuando era él, y ahora recae en gobernadora, se le ha complicado por los consejos de la triada.

De tal manera han cercado con su lengua viperina los oídos y levantan el dedo flamígero de la mandataria, que su principal logro es un silencioso pero creciente rencor, que hoy es introvertido, pero que explotará cuando cada actor vaya viendo frustradas sus aspiraciones político electorales.

Ellos, los políticos tlaxcaltecas que están siendo marginados, saben que su presencia y consideración de la mandataria para esta elección, fue minada por sus consejeros que la tienen en medio de un triángulo de insidia, denostación e injuria, si importarles el futuro de su jefa ni de la clase política local, pues esa consorte tiene su tiempo en Tlaxcala que termina en menos de tres años.

Al poblano Ramiro Vivanco Chedraui, a la chilanga Gimena Lara Pérez y al tristemente celebre morelense Luis Antonio Ramírez Hernández, les importa un pepino tanto el futuro del estado, como de los aspirantes y de los propios a candidatos en esta elección intermedia, pues su proyecto es claro: ganar una fortuna y huir de Tlaxcala.

Su único interés sobre el futuro de la gobernadora es que, ella pueda dejar a un sucesor con el que pueda acordar borrón y cuenta nueva, por lo menos que la revisión de las cuentas de sus dependencias no los alcance, o que Lorena Cuéllar obtenga otro cargo donde puedan ir como remoras.

La triada maldita provocó la marginación de la gobernadora de Morena y su irrupción mal vista en el Verde, y si guardamos esta columna, veremos que estos e irán de la entidad antes de terminar el sexenio. Al tiempo.

 

ESGRIMA…

Paradójicamente es el partido Verde el que más ha peleado en el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) las decisiones a modo para que Morena y Lorena tengan privilegio para designar candidatos y ponerlos en ventaja. Ayudados por el deficiente trabajo de consejeros electorales y su secretaria y director jurídico. ¡Aguas! Emmanuel, es tu prueba de fuego y no puedes ser ni negligente con los tuyos, ni consecuente con la mandamás.

 

ESTOQUE…

Lo que hay que ver. La desgracia de uno es la fortuna del otro.

Jorge Caballero Román, quien no podía aspirar a más que hacer negocios a la sombra de su suegro, pero a la súbita muerte del senador, este fue ungido como candidato plurinominal, por consideración, ¿o conmiseración? de la entonces candidata a gobernadora, quien cabalmente le abrió la posibilidad al grupo político del fallecido Joel Molina.

Ahora resulta que sin el mínimo trabajo legislativo, sin cumplirle a los de su grupo político, sin gestión para su región tlaxquence, sin uso de la máxima tribuna más que para decir sandeces, ahora hasta presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política de la LXIV Legislatura.

O sea, lo que hay que ver. Caballero Román líder del Congreso del Estado.

Pero si achuu.