• Enrique Gasga Ventura
El proceso rumbo a las elecciones federales y locales de 2018, por un lado, ha mostrado la enorme desconfianza de los ciudadanos hacia los partidos políticos incapaces ya de garantizar por sí solos triunfos en las urnas;

y por el otro, una guerra mediática y golpes bajos que han derivado en conflictos internos lo que ha creado incertidumbre en la construcción de alianzas principalmente de oposición debido en gran manera a que como el partido en el poder muchos políticos de supuesta oposición siguen privilegiando intereses personales y prácticamente han vendido la causa.

La crisis de la que aún no se repone el Partido de la Revolución Democrática (PRD), es un claro ejemplo de esto; y la cual inició curiosamente, por decirlo de algún modo, tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en la que inmediatamente después de ese hecho inició una fuerte campaña mediática de desprestigio contra las autoridades perredistas de Guerrero señalándolos como probables responsables para después extenderse al desprestigio de todo el perredismo.

Tal fue la campaña de desprestigio en contra del PRD en aquellos momentos  que de estar en su mejor posicionamiento con López Obrador como su líder poco antes de su huida de este partido parecía que en las elecciones de 2018 el triunfo estaría dado.

Pero debido a que el gobierno del PRI en el poder sabía que el engaño a los mexicanos de mejoría de sus condiciones de vida si se aceptaban las reformas estructurales era sólo una treta; ya que en unos años como se ha visto sólo han enriquecido a una clase privilegiada quedaría evidenciado.

Por ello era urgente debilitar al PRD, y así ocurrió lo desmembró hasta casi desaparecerlo.

Mientras en el caso de la crisis que está viviendo el Partido Acción Nacional (PAN) desde la presidencia de Felipe Calderón; con la salida de la ex primera dama Margarita Zavala y algunos de sus seguidores ésta se agravó.

Sin embargo, para Acción Nacional tal vez la salida de Margarita Zavala no sería tan dañina si no fuera precisamente en estos momentos cruciales para crear una alianza que los regrese a Los Pinos.

Ya que si algo ha dañado al PAN fue el arribo de Felipe Calderón a la presidencia debido a que desde el inicio de su sexenio prácticamente apuñaló una y otra vez la estructura del blanquiazul. Esto quizá pueda entenderse con un artículo que a propósito de dicha salida de Zavala publicó la revista Proceso:

“Felipe Calderón y el PRI, especialmente el grupo que tiene sede en Atlacomulco, han estado aliados desde hace mucho tiempo, afirma en entrevista el senador panista Ernesto Ruffo Appel. Y asegura que los incondicionales del expresidente –a quienes tilda de traidores– dan forma al “PRIAN”, un grupo que favoreció a Enrique Peña Nieto en las elecciones de 2012. Dice que ahora, cuando el priismo se ve perdido rumbo a las elecciones de 2018, Margarita Zavala renuncia al PAN y anuncia su intención de ser candidata independiente, aunque ella podría ser el “plan B” del tricolor. En todo caso, el hecho es la derrota absoluta de Calderón, afirma”.

Aquí el reto para el panismo es reorganizarse y unificarse si quiere aportar un capital político significativo a la alianza con el PRD y MC rumbo a la elección presidencial del próximo año; sin embargo esto no se ve nada fácil; y todo parece indicar que la decisión de su candidato a la presidencia de la República sea Ricardo Anaya o Rafael Moreno Valle, será lo que de algo de estabilidad a este partido, o acabe de colapsarlo.

Ante esto dicho escenario para la alianza PAN-PRD-MC rumbo a la presidencia de la República continúa en la incertidumbre y no ha logrado generar confianza en el electorado de ahí que será importante lo que harán en las próximas semanas los partidos que integran esta posible coalición para recuperar lo perdido.

Ante esto la alianza opositora que queda es la de MORENA-PT en la que pese a las críticas Andrés Manuel López Obrador llevaría una clara delantera como posible candidato presidencial mejor posicionado; pero que seguramente llegado el momento saldrá alguna campaña mediática para bajar drásticamente su popularidad.

Y por último en el caso del PRI la situación del PRD y del PAN debió darle algo de aire ante el escenario de inseguridad, pobreza, carestía, aumento de precios, corrupción e impunidad, y tantas cosas negativas que durante este sexenio de Peña Nieto se han multiplicado en contra de los mexicanos, y que por supuesto los ciudadanos podrían cobrarle todo esto en las urnas.

En el estado de Tlaxcala en consecuencia la situación de los partidos y las alianzas es su equivalente, pero con la diferencia que como en cada entidad los partidos locales seguramente jugarán un papel importante para sumar votos.

En este contexto por ejemplo tanto la alianza PAN-PRD-MC como MORENA-PT no descartan sumar los votos del Partido Alianza Ciudadana (PAC), partido que sigue operando con avidez antes de tomar una decisión.

Siendo que el PAC por cierto junto con MORENA se ven como los mejor cohesionados sin conflictos internos, y por ello con un capital político importante que da la certeza a su militancia que otros partidos grandes han ido perdiendo, y el cual puede inclinar la balanza en las elecciones a celebrarse en la entidad en 2018.

Es importante por otra parte estar atentos a la posible salida de cuadros importantes de diferentes partidos; así como al registro de más candidatos independientes, y lo cual puede modificar significativamente el escenario actual.