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  • Pedro Morales
Alerta el sector salud que 80 por ciento del agua embotellada es de mala calidad.

Tlaxcala, Tlax.- Las ventas de agua embotellada en Tlaxcala y el país han aumentado en forma explosiva en los últimos años, debido a la percepción de pureza del producto que muestran en los avisos y etiquetas.

En los empaques y botellas presentan  arroyos, cascadas o ríos cristalinos bajando de las montañas.

Pero de acuerdo a un estudio publicado por el Consejo Para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC), por sus siglas en inglés, el agua embotellada que se vende no es necesariamente la más limpia, ni más segura para beber.

Porque embotelladoras y llenadoras de envases plásticos, la mayoría de ellas utilizan las aguas que salen de  las llaves de distribución comunes y corrientes.

El estudio del NRDC incluyó pruebas de más de mil botellas de 103 marcas de agua embotellada.

A pesar de que se encontró que la mayoría de las aguas examinadas eran de alta calidad, algunas marcas estaban contaminadas: cerca de la tercera parte de estas aguas contenían algún nivel de contaminación.

 Incluyendo químicos orgánicos sintéticos, bacterias, y hasta arsénico, por lo menos en una de las muestras, que excedía el límite permitido por los estándares o guías del estado o de la industria del agua embotellada.

Uno de los principales descubrimientos del NRDC es que las leyes que rigen el agua embotellada son inadecuadas, para asegurar a los consumidores su pureza o sanidad.

A pesar de que el gobierno federal y de los estados, tienen programas de calidad para el agua embotellada.

A nivel nacional, la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) tiene la responsabilidad de asegurar la sanidad del agua embotellada.

Pero las leyes del FDA eximen completamente las aguas que son embotelladas y vendidas en el mismo estado, lo que representa entre el 60 y 70 por ciento  de los  estados tampoco tienen leyes sobre estas aguas.

Además, el sector salud cuenta con menos de dos empleados de tiempo completo responsables de hacer cumplir estas reglas.

Este personal no es suficiente para revisar adecuadamente todas las aguas embotelladas y vendidas en Tlaxcala, incluyendo las importadas.

Se sabe que los embotelladores de agua estudian anualmente la calidad de sus aguas, sin embargo la mayoría de estas empresas no quieren darle esta información al consumidor.

Se calcula que cada consumidor compra aproximadamente 120 litros de agua en botella al año.

Sugiere que los envasadores reconozcan que los consumidores tienen derecho a saber cual es la calidad del agua que están comprando.

Para que los envasadores de agua detallen que contaminantes contiene el agua en una etiqueta sencilla y además que pongan a disposición del consumidor un reporte sobre la calidad del agua.

La población más vulnerable  son las mujeres embarazadas, niños y bebes, ancianos frágiles, personas con problemas de deficiencia inmunológica,

Diariamente toman agua embotellada con la creencia de que es más sana que el agua de la llave.

Desafortunadamente no tienen como confirmar esta creencia ya que no se les ha proporcionado ninguna información sobre la calidad del agua, en el momento de comprarla.

 Ni después de comprarla, por medio de información de la compañía en la red o de algún número telefónico.

 En Tlaxcala, en administraciones anteriores detectaron que al igual que en el país, se consume agua embotellada que no reúne las condiciones de calidad que anuncian.

Se calcula que 80 por ciento del agua embotellada que se consume presenta graves problemas de purificación, es decir que el agua embotellada no es muy confiable para el consumidor.

El agua no es bien tratada para poder ser vendida, sobre todo a los escolares y este problema se suma a la venta de alimentos y frutas cuya pureza bacteriológica es incierta.

En ese sentido las autoridades sanitarias deberían realizar una vigilancia permanente con el apoyo de la Comisión Estatal de Riesgos Sanitarios, para cumplir el papel de vigilantes de la salud de la población.

A la fecha los problemas gastrointestinales son normales, no hay cólera y tampoco hay presencia de rotavirus, las cifras no se han disparado y permanecen en los parámetros normales.

En cuanto hace a la verificación del agua embotellada, es evidente que el personal con que cuenta la dependencia es insuficiente para verificar a las envasadoras de agua purificada.

En general el agua embotellada requierede mayor supervisión, sobre todo para que se pongan candados para el envase de agua y que no se venda con criterio comercial.

Primero se debe realizar un diagnóstico, luego se emplazará a la planta responsable para que en las fases del proceso para la purificación del agua se modifiquen, para garantizar la calidad.

En estos tiempos la Sesa ya no es punitiva, se le brinda a la gente que se gana la vida con su trabajo, que rectifique los procesos en los que están fallando.

Ahora lo que se impulsa es la prevención de los riesgos sanitarios, se trata con respeto incluso hasta con los dueños de embotelladoras, para que solucionen las anomalías que presentan sus negocios.

Por eso se recomienda  a la población no comprar aguas preparadas o embotelladas en la vía pública, como cruceros o puestos callejeros.

Ya que no se garantiza la potabilidad del líquido, lo cual podría provocar daños a la salud.

Los verificadores sanitarios deben supervisar que las condiciones de higiene sean las adecuadas, tanto en las instalaciones como en el personal que labora.

Por ejemplo, se verifica que los trabajadores usen uniforme, cofia, cubre boca, botas y guantes de látex.

Además de que las áreas de lavado, desinfectado, llenado y sellado de garrafones estén separadas y cuenten con filtros adecuados que permitan que el agua no lleve materia orgánica a su depósito final, y que sea apta para consumo humano.

Cabe mencionar que en los lugares donde se incumplan con normas de sanidad y por las cuales se ponga en riesgo la salud de las personas, la Sesa cuenta con la autoridad para cerrar el establecimiento al momento de la visita de fomento sanitario.

Se recomienda comprar agua embotellada en tiendas de autoservicio, sobre todo en esta temporada de calor, cuando se incrementa la ingesta de líquidos.

Hay que  revisar las botellas a la luz y verificar que no contenga materia visible, se deben reciclar los envases para otros usos y destruirlos con el fin de evitar que sean rellenados y expedidos como un producto original.

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