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En Guerrera una población quedó sepultada y según las autoridades por lo menos hay 58 personas desaparecidas

El saldo de muertes derivadas de dos tormentas simultáneas se elevó a 80, principalmente en Guerrero, con 48 fallecimientos, incluyendo 15 sepultados tras un alud en Atoyac de Álvarez.

En Tampico, Tamaulipas, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó que su prioridad es atender la contingencia que vive el país, por lo que de ser necesario “pospondrá o cancelará” su participación en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, Estados Unidos, a celebrase la próxima semana.

De acuerdo con una nota del periódico El Universal, el mandatario reveló que hasta ahora hay 58 personas desaparecidas en Atoyac de Álvarez, en la población conocida como La Pintada.

Ediberto Tabarez, alcalde de la comunidad guerrerense, dijo que bajo la tierra quedaron alrededor de 30 casas y que 18 cadáveres habían sido sacados, aunque luego corrigió la cifra a 15, a partir de testimonios de pobladores.

Sin embargo, dijo desconocer cuántas personas podrían haber muerto en el sitio donde se registró “un deslave mayor que prácticamente sepultó una parte” de la comunidad, de unos 400 habitantes.

El alud ocurrió el lunes, pero las autoridades pudieron llegar ayer a la población, que estaba incomunicada. Unas 334 personas habían sido rescatadas de la zona y 45 estaban por ser desalojadas.

Al dar un nuevo balance de la situación que priva a consecuencia de las lluvias, en conferencia conjunta con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el coordinador general de Protección Civil federal, Luis Felipe Puente, informó que los decesos ocurrieron en 11 estados, 48 de ellos en Guerrero.

Agregó que en Oaxaca suman tres fallecimientos, 11 en Veracruz, cuatro en Hidalgo, dos en Jalisco, dos en Michoacán, tres en Puebla, tres en Tamaulipas, dos en Morelos, uno en Coahuila y uno en Nuevo León.

Dio cuenta de “bloqueos en algunas carreteras, que hacen más difícil llegar a comunidades, en particular en la localidad La Pintada, y ahí hemos hecho sobrevuelos con apoyo de la Policía Federal y estamos prestando auxilio”.

Informó que la emergencia ha dejado 155 municipios con declaratoria de emergencia, más solicitudes de declaratoria adicionales en Chiapas, San Luis Potosí, Tamaulipas, Zacatecas, Morelos, Michoacán y Nuevo León.

Expresó que más de 150 mil personas han sido atendidas en los diferentes estados afectados; al menos 218 mil 594 resultaron damnificadas y 35 mil casas dañadas.

En Acapulco, policías estatales resguardaban el miércoles la entrada de una tienda parcialmente inundada y localizada en una de las principales avenidas del puerto, donde horas antes residentes entraron y se llevaron comida, ropa y hasta aparatos electrodomésticos.

Cientos de personas caminaban entre las aguas estancadas del estacionamiento del  almacén en busca de comida o bebidas que los saqueadores pudieran haber tirado y pedían que se reabriera la tienda.

“Si no podemos trabajar, hay que venir por comida”, dijo Anastasio Barrera, un pescador de 60 años que permanecía con su esposa afuera de la tienda. “El gobierno municipal no hace nada por nosotros y el estatal tampoco”, expresó.

Con el aeropuerto cerrado y las autopistas bloqueadas, unos 40 mil turistas quedaron varados en la entidad. Autoridades continuaron ayer con la habilitación de vuelos de líneas comerciales y militares para sacar a los vacacionistas.

Aeroméxico e Interjet son las empresas autorizadas para enviar aviones al puerto, donde el miércoles el cielo se había despejado.

El secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, dijo en entrevista radiofónica que hasta ayer habían sido trasladadas desde Acapulco alrededor de 5 mil 300 personas en 49 vuelos.

Dio a conocer que el próximo viernes, a las 12:00 horas, se podría ya conectar Acapulco con la Ciudad de México vía terrestre.

“Puede haber otros problemas, otros derrumbes que no tengamos controlados por lo fuerte que estuvieron estas lluvias y que sigue habiendo deslaves, pero el viernes a las 12 seguramente ya la gente podrá salir vía carretera rumbo a la Ciudad de México”, expresó.

Adelantó que además se contará con peaje gratuito. “Tendremos un servicio prácticamente gratuito ese día, de Acapulco a México, y a lo largo del fin de semana”.

No obstante, dijo que los usuarios de la Autopista del Sol deberán enlazarse con el tramo federal a la altura de Tierra Colorada hasta Palo Blanco, en la caseta de Chilpancingo, para volver a incorporarse a la autopista hasta el DF.

Pidió a las mil 500 personas que están varadas en el aeropuerto militar de Pie de la Cuesta paciencia para poder salir, al igual que a las 800 que están el Aeropuerto Internacional de Acapulco.

Se habían detectado deficiencias en prevención de desastres

El 11 de junio el Coordinador Nacional de Protección Civil Luis Felipe Puente y el presidente de la Comisión de Protección Civil del Senado, Héctor Yunes Landa, recibieron un estudio de la OCDE en el que se advertía, entre otras cosas, que no había suficiente información en materia de prevención de desastres, que los tiempos de respuesta necesitaban mejorarse y que estados como Guerrero tenían un atlas de riesgos desactualizado y sin acceso al público.

Cuatro meses más tarde, tras el golpe de las tormentas tropicales Ingrid y Manuel suman 80 las personas muertas, daños económicos y en la infraestructura básica en más de la tercera parte del territorio.

“Los mejores resultados vienen cuando se tienen políticas integrales de prevención, cuando se actúa oportuna y coordinadamente”, dijo Puente aquel día de junio, en el evento público en que recibió la evaluación hecha por los especialistas de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) sobre el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC).

Según una nota del diario 24 Horas, los resultados no solo los conoció este funcionario. El acto fue encabezado por los principales brazos del Sistema de Protección Civil: Ricardo de la Cruz Musalem, Director General de Protección Civil; Enrique Guevara Ortiz, Director General del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED); y José María Tapia Franco, Director General del FONDEN, todos dependientes de la Secretaría de Gobernación. Y por el Poder Legislativo estuvo Yunes Landa, que también recibió la evaluación completa.

Sin embargo, en el seno del SINAPROC, que encabeza la Secretaría de Gobernación, no se implementó ninguna de las recomendaciones. Peor aún, de acuerdo con distintas fuentes consultadas por este diario confirmaron que no se revisaron y actualizaron los inventarios de recursos y equipo para situaciones de emergencia, ni los mapas de riesgo; tampoco se elaboraron los escenarios para prevención de riesgos en el país, ni siquiera ante la temporada de ciclones. Mucho menos se elaboró el Programa Nacional de Protección Civil y se echó andar, operativamente, la estructura y estrategia del propio Sistema.

El estudio de la OCDE, del que el diario 24 Horas tiene copia, advirtió que el Sistema Nacional de Protección Civil, que se creó tras el terremoto de 1985, aún con los avances que ha tenido, muestra deficiencias y carencias que necesitan atenderse para minimizar los riesgos en un país propenso a desastres naturales, como las tormentas y huracanas.

Una de esas fallas es la falta de información. El análisis reveló que al menos 11 estados del país no cuentan con atlas de riesgos efectivos. Entre esas entidades se encuentra Guerrero, cuyo atlas no sólo está desactualizado sino además nadie lo conoce, pues no es de acceso público.

Más grave es la situación a nivel municipal, pues sólo una fracción ínfima de los 2 mil 400 municipios del país cuenta con un atlas, situación delicada pues es a este nivel donde se puede adecuar el uso de suelo dependiendo de la geografía y los riesgos y así, por ejemplo, no construir casas en zonas vulnerables.

La OCDE advirtió a Gobernación sobre la necesidad de revisar los mecanismos de previsión de riesgos, pues no debía descartarse la posibilidad de que los fenómenos fueran más intensos y atípicos.

“Los registros de fenómenos naturales pasados podrían no se representativos de lo que suceda en el futuro. Por ejemplo, la exposición a inundaciones en puertos de la costa del Golfo podría aumentar debido al incremento en el nivel del mar y cambio en los patrones de tormentas tropicales”, señala el estudio.

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