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Fernando Tamayo Chavero, quien fungió como secretario técnico de Alejandro Aguilar López, entonces diputado presidente de la Comisión de Finanzas y Fiscalización del Congreso del Estado, “se cura en salud”al hablar en la revista “Circo tlx” sobre opacidad e impunidad en el Legislativo, mientras que en su posición como regidor por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Apizaco calla sobre las irregularidades de la anterior adminsitración municipal.
El regidor apizaquense habla de que la transparencia y rendición de cuentas son conceptos devaluados luego de que se cumpliera el plazo para que el Congreso del Estado dictaminara las Cuentas Públicas de los 106 entes fiscalizables y señala “la falta de castigo a aquellas autoridades que a pesar de haber incumplido con el uso adecuado de los recursos públicos lograron mediante mecanismo para legales la aprobación de sus cuentas públicas, es un acto que poco abona al desarrollo de la entidad.
No obstante, el saltibanqui no menciona sobre las irregularidades presentadas precisamente en su municipio con motivo de la Cuenta Pública del 2013 de Orlando Santacruz Carreño, omitiendo en sus opiniones sobre los desvíos documentados que rebasarían los 60 millones de pesos y que pese a las evidencias no fue castigado, incluso ahora pretende una diputación federal.
El ex panista y ahora regidor del PVEM en su carácter como autoridad en Apizaco no ha hecho ni siquiera las denuncias correspondientes para exponer las irregularidades en las que incumplió el ex alcalde, ya que mientras habla de complicidad entre fiscalizadores y quienes ejercen los recursos públicos, poco abona para mejorar su municipio.
Faltó que expusiera que la anterior administración dejó obras inconclusas y que en algunos casos ni siquiera se iniciaron cuando el anterior regidor de la Comisión de Obras Públicas entregó un informe al Órgano de Fiscalización Superior (OFS) sobre estas irregularidades.
En ese ámbito que refiere de que es necesaria la rendición de cuentas y la transparencia, el regidor debería de ofrecer un informe sobre las acciones que ha logrado y gestionado en favor de su municipio, justificando el salario pagado por los apizaquenses y no esperar un año para presentar un informe en busca de reflectores para continuar con su carrera política.
Lo plasmado por el multicolor Tamayo Chavero demuestra la doble moral con la que se desenvuelve y que lo que pregona no practica en su ámbito, aun siendo autoridad y contar con la legalidad para ejercer determinadas acciones que no sólo sirvan de escaparate ante el electorado, sino que ofrezca esa transparencia y rendición de cuentas que suena más a discurso demagógico que a compromiso hacía la ciudadanía.