• Apizaco
  • Juan Vázquez
En el cementerio municipal despidieron con todos los honores a quien en diferentes oportunidades ofrendara su vida por la de los demás.

Apizaco, Tlax., a 28 de Marzo de 2015.- El traslado del féretro, algo fuera de lo común visto en Apizaco, fue para despedir el cuerpo de un joven elemento del ejército mexicano quien, al parecer falleció a consecuencia de una afección cardiaca, por lo que fue despedido con los honores correspondientes, luego de sacrificar tiempo y esfuerzo al servicio de la patria.

Luego de la celebración de una misa de cuerpo presente, pasado el mediodía de este viernes,  familiares, amigos cercanos y elementos de tropa acompañaron a su última morada, a quien con valor y orgullo portó durante los últimos tres años de su vida el uniforme militar.

Sobre su féretro una bandera tricolor y, a sus costados, una guardia de honor con hombres gallardos portando orgullosamente el uniforme verde olivo militar.

La disciplina y cadencia de sus movimientos al unísono, requisito indispensable para ejecutar una orden, bastó para abrir paso al féretro y recibir, conforme a  principios y fe religiosa de sus familiares, el agua bendita sobre el ataúd.

El último adiós a un soldado, al pie del altar en la Basílica erigida en honor a la Virgen de la Misericordia, en el centro de esta comercial ciudad.

El llanto, por momentos de una viuda y su retoño, sugería, un no para dejar dar crédito a este suceso en sus vidas; la despedida inesperada de un ser querido.

Sin embargo el fin estaba marcado y un paro cardiaco fue lo que segó la vida de quien en diferentes momentos, por la naturaleza del servicio a desempeñar, arriesgó todo a cambio del bienestar de los demás; lo mismo en el rescate de personas luego de un desastre natural, o bien al patrullar calles y ponernos a salvo de la delincuencia.

Su  misión principal fue esa, ofrendar la vida a favor de la patria. Y, como reza entonces tan famosa frase en un salón de clases, justo al pase de lista y cuando alguien falta….. ¡Murió por la Patria¡.
Algo semejante y en señal de luto, cuando uno de sus hijos de esta patria ha muerto, una bandera sobre su féretro hasta la tumba debe llevar.

Rumbo al cementerio,  poco antes de que la lluvia comenzara a caer, una unidad militar custodio el cuerpo del valiente soldado mexicano, hasta donde se llevaría a cabo el último pase de lista, y una salva de 0.762 se dejara escuchar.